Ensenada, Baja California, México, 9 de Octubre de 2015. El Florecimiento Algal Nocivo (FAN) de enero de 2015 en el Alto Golfo de California, es considerado el más impactante ocurrido en México. Es por ello, que el Dr. Ernesto García Mendoza, encargado del laboratorio FICOTOX del CICESE, señala la necesidad de estar preparados para la siguiente temporada, en enero y febrero de 2016.
García Mendoza enfatiza la necesidad de realizar muestreos más frecuentes en la zona. “Aprendimos que existe el riesgo de intoxicación. Nosotros ya sabíamos a través de una investigación, después de la primera veda sanitaria que se implementó en 2010, que en enero siempre aumentaban las concentraciones de Gymnodinium catenatum (productor de toxinas paralizantes) a valores máximos”.
En su ponencia “Lecciones aprendidas del FAN de enero del 2015 en el Norte del Golfo de California”, presentada en el “VII Simposio Internacional de Sanidad e Inocuidad Acuícola” el académico relató que en años anteriores han existido otros eventos, ocurridos siempre en los meses de enero o febrero, según información proporcionada por el biólogo Erick Núñez, del CIBNOR. Así, en 1983 se reportó la muerte de aves marinas en la Laguna Percebú; en 1995 muertes de diferentes organismos en el Alto Golfo de California y en 1997 hubo una mortandad importante en el Alto Golfo.
Esto alerta a estar pendientes para una posible ocurrencia en enero y febrero de 2016, ya que la temporalidad de los eventos recopilados está dando un indicador.
Cuando se presenta un FAN, especialmente uno tóxico, se debe evaluar el riesgo de que personas se puedan intoxicar por consumo de mariscos fuera del área de muestreo. El 18 de marzo de 2015 la Secretaría de Salud reportó el primer caso de personas intoxicadas por consumo de almeja en Bahía de los Ángeles. “No fue por consumo de almeja generosa, sino por otras almejas que colectaron en punta La Gringa. Estos son los primeros intoxicados que reconoce la Secretaria de Salud, falta documentarlo, hay que ir a los expedientes; cuánto comieron, cuánta toxicidad tenía, esto tiene que estar a la vista”.
Esto los llevó a otra reflexión: se debe evaluar no solamente en producto comercial sino también el silvestre.
Otra de las lecciones que señaló García Mendoza es la de generar información sobre la incorporación y depuración (metabolismo) de ficotoxinas en especies comerciales cultivadas y silvestres. De las muestras analizadas hasta el momento se ha observado que cuando la almeja generosa incorpora toxinas, éstas se metabolizan y se convierten de análogos de baja toxicidad a otros de alta toxicidad. Por lo tanto, se ha observado que los niveles de toxicidad en este organismo no han bajado del máximo permitido en la legislación.
“¿Cuál es la problemática que tenemos? Nosotros estamos midiendo la cantidad de toxinas acumuladas en una especie que es de importancia comercial en el norte del Golfo y se extrae bastante producto que se exporta a Estados unidos y principalmente a China, y hasta la fecha se han tenido problemas relacionados con su extracción por la cantidad de toxinas de tipo paralizante que aun contienen los organismos”, indicó el académico del CICESE.
El académico expresó la necesidad de contar con la capacidad técnica y de investigación para una detección oportuna, desarrollar medidas de mitigación de daño y una comunicación directa entre diversos sectores, como el de Salud, la PROFEPA, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), productores y académicos trabajando en la temática.
Sobre el evento registrado a partir de enero del presente año en el Alto Golfo de California, el que más impacto económico ha tenido en México, indicó que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) emitió en ese momento un comunicado informando el hallazgo de más de 500 aves y varios mamíferos marinos muertos en las costas cercanas a San Felipe en Baja California.
“Cuando hay una mortandad de este tipo se debe investigar si es un problema asociado a Florecimientos Algales Nocivos (FAN) o existiera otra causa, ya que las aves son el reflejo de la salud del ecosistema. Si hay una muerte enorme de aves, seguro es un indicador de que algo anda mal”, señaló el Dr. García Mendoza.
Investigadores y estudiantes del CICESE y de la UABC se dieron a la tarea de tomar muestras de agua de mar y realizar recorridos en tierra para identificar a las especies muertas a lo largo de 80 km de costa, de San Felipe a Puertecitos. De los seis transectos recorridos, se encontraron en promedio 11 mil 648 aves y 190 mamíferos muertos.
A partir del estudio y análisis de las muestras tomadas durante los recorridos se identificó en las especies muertas la presencia de toxinas del tipo paralizantes del grupo de las saxitoxinas y sus análogos. “Hubo una mortandad tremenda de especies y eso nos enseñó varias cosas”, comentó finalmente.