Ensenada, Baja California, México, 16 de octubre de 2015. La presencia de “El Niño” este otoño, invierno y primavera no sólo significa que habrá lluvias por arriba de lo normal en el noroeste de México, en particular en la zona costa de Baja California, sino la posibilidad de que aumenten las poblaciones de mosquitos y roedores, que pueden ser vectores de transmisión de enfermedades para los humanos; de que se impacte fuertemente la economía asociada a las pesquerías en esta región, y la incertidumbre en el comportamiento de los pronósticos, pues a diferencia de eventos anteriores, el actual está ocurriendo bajo nuevas condiciones influidas por el cambio climático.
La información detallada sobre algunos impactos que se esperan con “El Niño” en los próximos meses, puede consultarse en el portal informativo que el CICESE estructuró (http://elnino.cicese.mx) sobre este fenómeno atmosférico y oceanográfico de escala mundial, el cual todavía se está conformando, pero que podría constituirse como uno de los más intensos que se hayan documentado en los últimos 50 años.
En la sección de Impactos en este portal, podrán enterarse de los posibles impactos de “El Niño” en la salud humana, en un artículo escrito por el Dr. Leonardo Lizárraga Partida, investigador del Departamento de Biotecnología Marina del CICESE.
Otros dos especialistas, los doctores Juan Carlos Herguera García y Oscar Sosa Nishizaki, paleoceanógrafo el primero y ecólogo pesquero el segundo, aportan sobre las características oceanográficas que hacen de éste un evento “El Niño” sin precedentes, y sobre el impacto que traerá en las pesquerías de esta región, una de las más importantes para México porque de aquí se extraen 7 de las 10 especies con mayor valor comercial en el mundo (abulón, almeja generosa, atún aleta azul, camarón, erizo de mar, langosta y pepino de mar), según la Secretaría de Pesca de Baja California.
Para el Dr. Lizárraga Partida, el incremento combinado de temperatura y precipitación en tierra implica un decremento en las condiciones sanitarias y un incremento en la población de mosquitos y de roedores, que pueden ser vectores de transmisión de enfermedades.
El incremento en las poblaciones de mosquitos implica una mayor probabilidad de que se presenten casos de dengue y chikungunya, como los ya registrados en Baja California en 2015 y, en el peor de los casos, un retorno del paludismo.
El incremento en la densidad de roedores implica un riesgo en enfermedades pulmonares por hantavirus transmitidos por sus excretas. El evento de “El Niño”, al aumentar la precipitación, les proporciona mejores condiciones de alimentación y repercute en mayores tasas de reproducción.
Por su parte, el Dr. Juan Carlos Herguera, en una revisión sobre todo oceanográfica sobre por qué este “El Niño” difiere de otros, apunta que “las predicciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el calentamiento de la superficie del mar en las zonas central y oriental del Pacífico tropical, apuntan a que ‘El Niño’ que está en desarrollo probablemente será uno de los cuatro más fuertes desde 1950.
“Los anteriores más potentes fueron los registrados en los periodos entre 1972-1973, 1982-1983 y el último considerado como posiblemente el más intenso del siglo pasado del 1997-1998. Estos pronósticos de la comunidad científica están basadas en las observaciones de las temperaturas de la superficie del mar en el ecuador entre 1.5 a 2 grados centígrados por encima de la media histórica durante este mes de agosto pasado, superando en un grado los umbrales habituales de ‘El Niño’, según reportes de la NOAA. Los modelos predictivos del clima utilizados apuntan a que las temperaturas se mantendrán al menos 2 grados por encima de lo normal y que incluso podrían subir algo más. Los efectos de ‘El Niño’ ya se hacen sentir en algunas regiones del mundo de manera muy variada y serán cada vez más patentes en los próximos cuatro a ocho meses, según la OMM.”
Pero destaca que el clima en el planeta ha cambiado sensiblemente en las últimas dos décadas. “Entre otros fenómenos de enorme importancia es el deshielo del mar Ártico, especialmente este último verano que ha reducido a niveles mínimos la extensión de los hielos en este océano, junto con la pérdida de casi un millón de kilómetros cuadrados de superficie nevada en el hemisferio norte, la mitad de la extensión de México. Estas nuevas condiciones, que no tienen precedentes en las observaciones históricas del siglo pasado, están introduciendo una gran incertidumbre en los pronósticos de los modelos de clima y en la comunidad científica por desconocer si el deshielo del Ártico y el calentamiento del Pacífico ecuatorial se van a reforzar entre sí, o se van a anular; si van a actuar en secuencia debido a su distinta estacionalidad, y se desconoce cómo pueden influir en el clima de las diferentes regiones del planeta.”
En su colaboración, el Dr. Oscar Sosa señala que son “varias las maneras en que ‘El Niño’ puede afectar a un recurso pesquero. La llegada de la masa de agua caliente a una zona de surgencia, produce que los aportes de nutrientes que alcanzan a la superficie se vean disminuidos, lo cual causa un empobrecimiento de alimentos que entran en la cadena trófica. Asimismo, con la presencia de la masa de agua más cálida, los organismos tropicales y semitropicales que tienen la capacidad de nadar grandes distancias, tienden a seguir estas aguas y distribuirse de una manera más norteña, en donde normalmente no lo hacen.”
“Sin embargo, no todas las especies tienen la capacidad de moverse a las distancias adecuadas, por lo que sufren la influencia directa de la temperatura alta del agua, lo cual afecta su fisiología, incluso, letalmente. Por ejemplo, para el sargazo de las costas de Baja California, las condiciones de temperatura de agua mayores a los 21 °C son letales. Esto se pudo observar durante la presencia de ‘El Niño’ de 1982-83, cuando la población de sargazo disminuyó su biomasa en 90%, lo que produjo una gran caída de su producción de un nivel de alrededor 28 mil toneladas en 1982, a sólo 2 mil 800 durante 1983”. Al ser alimento para el erizo rojo y morado, la disminución de la biomasa de sargazo afecta ambas poblaciones.
Y concluye Oscar Sosa: “Con base en algunas predicciones, se espera que ‘El Niño’ 2015 sea muy fuerte, con una duración de al menos 8 meses. Por ello, los pescadores de Baja California verán cambios en la composición de las especies que capturan, y posiblemente efectos en la calidad de sus productos. (Algunas) especies objetivo, como la sardina, tendrán una distribución diferente causando posiblemente un mayor costo en sus operaciones pesqueras. Esto traerá un detrimento en sus ganancias económicas y un reajuste en sus operaciones.”