Ensenada, Baja California, México, 17 de marzo de 2017. Los tres grandes logros que estaban comprometidos: modificar un vehículo submarino de control remoto, integrar un simulador virtual de gliders para el entrenamiento de operadores, y seleccionar con base en censos aéreos, qué especies de cetáceos y en qué lugares se marcarán para seguirlos satelitalmente, se alcanzaron exitosamente al concluir este mes la primera etapa del proyecto que desarrolla el Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGOM), financiado por el Fondo Sectorial de Hidrocarburos SENER-CONACYT.
Además, se completó y entregó el único producto definido como entregable en esta etapa, el manual de procedimientos y protocolos de muestreo en cruceros oceanográficos y de intercalibración de metodologías de análisis en laboratorios.
Con ello y con la presentación de los avances técnicos y financieros, la Subcomisión de Evaluación del Fondo Sectorial CONACYT-SENER-Hidrocarburos avaló los resultados obtenidos en la primera etapa del proyecto “Implementación de redes de observaciones oceanográficas (físicas, geoquímicas, ecológicas) para la generación de escenarios ante contingencias relacionadas a la exploración y producción de hidrocarburos en aguas profundas del Golfo de México”, y recomendó la liberación de la segunda ministración de recursos del proyecto, el más importante en el ámbito oceanográfico que se realiza en aguas mexicanas y que cumplirá dos años de actividades en marzo de 2017.
El responsable técnico del proyecto, Dr. Juan Carlos Herguera García, investigador de la División de Oceanología del CICESE, informó que en la primera etapa del proyecto, la parte financiera se cumplió en 85 por ciento, mientras que el avance técnico alcanzó 97 por ciento, que representa un avance global de 40 por ciento para todo el estudio.
Se debe recordar que este proyecto fue convenido a cinco años en tres etapas. La etapa 1 se estableció a dos años y concluye en marzo de 2017; la segunda abarca dos años más (concluye en 2019), y la tercera durará un año (termina en 2020).
El Dr. Herguera explicó que los tres grandes logros correspondientes a esta primera etapa son hitos que “nos abren las puertas para poder realizar otras actividades que antes no podíamos llevar a cabo porque no teníamos ese avance instrumental”.
Estos hitos son: 1) el ROV de la UNAM modificado y operando; 2) un simulador virtual interactivo de gliders Spray y Slocum considerando la dinámica de los gliders y de las corrientes marinas, para el entrenamiento de los operadores, y 3) censos aéreos de cetáceos terminados para seleccionar las especies y zonas en las que se hará marcaje satelital.
Sobre el primero de estos hitos, dijo que la UNAM tenía un robot submarino que era puramente observacional. Es decir, que estaba dotado solamente con una cámara para detectar y visualizar organismos y objetos en lugares normalmente inaccesibles para los humanos, como es el mar profundo.
La propuesta fue reconvertir este vehículo operado remotamente (ROV, por sus siglas en inglés) de un medio observacional en un vehículo capaz de muestrear sedimentos y rocas del fondo del mar. Las modificaciones que el equipo del CIDESI integró en este robot submarino fueron un brazo robótico para colectar muestras de sedimentos y rocas del piso oceánico y una base modular donde acumular las muestras obtenidas (núcleos de sedimentos de hasta 10 cm de diámetro y 15 cm de penetración).
El segundo de los hitos alcanzado es un simulador virtual con el que los operadores de gliders podrán entender su comportamiento tomando en cuenta la profundidad y el movimiento de las corrientes marinas, tal y como podría ocurrir en un océano con corrientes. Este simulador virtual también fue desarrollado por personal del CIDESI.
Los gliders o planeadores submarinos son vehículos autónomos que trabajan ininterrumpidamente durante semanas o meses en condiciones extremas (hasta mil metros de profundidad). Este simulador permite a los pilotos conducirlos virtualmente bajo el agua, modificando o manipulando las inclinaciones de navegación (el ángulo pitch y el ángulo roll), y posibilita el conocer y predecir su comportamiento bajo distintas condiciones.
Respecto al tercer hito, dijo que concluyeron no solamente los reconocimientos aéreos, sino también en barco, de las especies y zonas en las que se hará marcaje satelital de cetáceos. Este proyecto está a cargo de los doctores Oscar Sosa Nishizaki y María Concepción García Aguilar, del CICESE, quienes han sido pioneros en este tipo de estudios sistemáticos para la caracterización de los patrones de movimiento y agregación de estos grupos de cetáceos en el sur del Golfo de México, región de la que se tiene muy poca información respecto a la abundancia y diversidad de estas especies en aguas mexicanas.
Con las marcas satelitales que colocarán en selectos especímenes se podrán conocer sus trayectorias individuales y de agregación dentro del golfo. Algunas de estas marcas graban información sobre la temperatura y profundidad durante los buceos de estas especies a grandes profundidades para forrajear, y se podrá conocer cuánto tiempo permanecen sumergidos y a qué temperaturas y si tienen lugares preferentes donde forrajear en el fondo.
Finalmente, Juan Carlos Herguera se refirió al entregable comprometido, que fue el “Manual de procedimientos de muestreos durante los cruceros oceanográficos y resultados del proceso de intercalibración y control de calidad de los laboratorios analíticos”, que estuvo a cargo de la doctora Sharon Herzka Llona (CICESE) y de él directamente.
Se trata de dos tomos. Uno describe los protocolos de muestreo que han seguido en cada una de las campañas oceanográficos, y el otro explica qué metodología se siguió en el análisis de muestras en los diferentes laboratorios de las instituciones participantes.
Consideró que esta información generada es básica y fundamental para poder comparar los resultados que se están obteniendo y para programar cómo se deberán hacer las cosas a futuro. Así, el manual pretende unificar criterios durante la colecta de las muestras para minimizar los errores asociados a los resultados, y describe las metodologías que utiliza cada laboratorio y cómo de comparables son sus resultados con el resto de los laboratorios.
La reunión de febrero convocada por la subcomisión de evaluación de este fondo sectorial sirvió no solamente para valorar el entregable y los tres hitos comprometidos, sino también para darle seguimiento a los avances generales del proyecto e identificar los problemas que pudieran alterar el cumplimiento de los objetivos.
Entre éstos, Juan Carlos Herguera diferenció los problemas que surgen de manera natural en el aspecto humano y en el administrativo, los asociados exclusivamente a la conversión del ROV y aquellos de organización interna.
Destacó entre los problemas actuales la depreciación que ha tenido el peso frente al dólar. Explicó que hace tres años, cuando proyectaron la segunda etapa (que está por iniciar), les impusieron como techo máximo el valor de 15 pesos por dólar. “Tres años más tarde nos encontramos que el dólar está en 20 pesos. Hemos perdido la tercera parte de lo que habíamos proyectado. Ahora tenemos que trabajar para cubrir ese déficit y asegurar que cumpliremos exitosamente con los objetivos que propusimos originalmente en el proyecto.