Ensenada, Baja California, México, 24 de marzo de 2017. Garantizar la permanencia del Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (CeMIE-Geo) una vez que concluya el apoyo del Fondo de Sustentabilidad Energética (FSE) en 2018, es el principal riesgo que enfrenta este consorcio. Por ello, continúa su intención de constituirse en una asociación civil que integre las instituciones académicas con el sector gobierno y con empresas públicas y privadas.
Esto trascendió en el 5º taller de avances de proyectos del CeMIE-Geo que se realizó en el CICESE del 22 al 24 de marzo, donde se pusieron a discusión los resultados de los 30 proyectos específicos que buscan potenciar el uso de esta fuente de energía, así como las desviaciones y ajustes que el consorcio ha tenido que implementar, los avances de su evaluación interna, las áreas de oportunidad, impactos, riesgos potenciales y los retos prioritarios que enfrentan.
El responsable técnico del CeMIE-Geo e investigador del CICESE, Dr. José Manuel Romo Jones, informó que luego de iniciar actividades a principios de 2014, tres proyectos ya concluyeron y el resto llevan más de la mitad de avance.
Al cierre de la cuarta etapa programada, este consorcio ha venido trabajando durante 32 meses (de febrero de 2014 a octubre de 2016), pero ha recibido recursos para 24 meses del cronograma de actividades (cuatro etapas de seis meses cada una). Esto ha ocasionado modificaciones a los planes de trabajo de los proyectos. Aunque todas las adecuaciones han sido autorizadas por el FSE en tiempo y forma, resulta necesaria una actualización del plan de trabajo general.
Para ello, 24 proyectos ajustaron sus actividades; 23 definieron mejor sus entregables; 20 actualizaron objetivos y metas por etapa; 10 hicieron modificaciones menores al texto, y cinco solicitaron etapas adicionales.
Además, identificó seis riesgos potenciales, siendo el más importante el garantizar la permanencia del CeMIE-Geo más allá de 2018. “La principal estrategia para enfrentar este riesgo es la constitución del CeMIE-Geo A.C. y, en su momento, un fideicomiso empresarial, lo cual nos permitirá promover proyectos y gestionar fondos”.
Sobre la asociación civil, dijo que se concibe como una asociación privada sin fines de lucro y sin infraestructura, que conjugaría al sector gobierno, la industria y las instituciones académicas en un esquema donde éstas realizarían actividades de consultoría y servicios, análisis especializados y de capacitación técnica.
Otros riesgos potenciales que pudieron identificar incluyen la negociación de las instituciones para establecer una relación formal entre esta asociación civil y cada institución; el tener un mercado limitado y competencia internacional; la situación económica nacional, con recursos limitados para inversión en proyectos geotérmicos y con condiciones poco atractivas para empresas extranjeras.
Los posibles cambios en las prioridades de la política energética nacional es otro riesgo, al igual que la dificultad de algunas instituciones académicas del consorcio para ofrecer plazas o contratos estables a quienes se incorporen al proyecto como posdocs, pues al cabo de trabajar uno o dos años tendrán que buscar otras opciones de trabajo.
El Dr. Romo Jones destacó también que en coordinación con la Secretaría de Energía se avanzó en la construcción de un mapa de ruta tecnológica que defina la planeación a largo plazo (2030) en materia de geotermia, estableciendo las principales directrices a nivel país.
La construcción de este mapa involucró tres grupos de trabajo: uno el propio grupo consultivo del consorcio, otro un grupo de 29 expertos de distintas instituciones y empresas, y un equipo facilitador, quienes definieron dos grandes metas.
En cuanto a generación de electricidad (a partir de recursos de mediana y alta entalpía, de baja entalpía y del sistema súper caliente), se fijó como meta a 2030 aumentar 750 megawatts (MW) a la capacidad actual instalada. Respecto a usos directos, que se refiere a calefacción y enfriamiento por bombas de calor, deshidratación de alimentos y usos industriales, la meta a 2030 es desarrollar este mercado.
Este mapa de ruta tecnológica deberá ser entregado a la Secretaría de Energía en marzo de este año.
Los datos duros al cierre de la cuarta etapa indican que en este consorcio participan 151 investigadores, 153 técnicos, 133 estudiantes, 11 posdoctorantes y 33 administrativos, para un total de 470 participantes.
Hasta la cuarta etapa del megaproyecto han reportado un total de 362 productos: 13 tesis, 248 reportes de avance, la impartición de 13 cursos, 12 presentaciones de divulgación y difusión, 11 publicaciones arbitradas, 27 participaciones en congresos, 10 bases de datos y 28 mapas.
El CeMIE-Geo está integrado por 11 instituciones académicas (CICESE, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, la Universidad Politécnica de Baja California, del Centro de Tecnología Avanzada -CIATEC-, la Universidad de Guadalajara y de la UNAM -de los institutos de Geofísica, de Energías Renovables, de Ingeniería, de Geología y del Centro de Geociencias-) y 12 empresas (CFE, Clúster de Energía Geotérmica y Renovables, Geotem Ingeniería, S.A. de C.V., Exploración, Perforación y Estudios del Subsuelo, S.A. de C.V., Geología, Minería y Consultoría, S.A. de C.V., Especialistas en Turbopartes, S.A. de C.V., Prados Camelinas, S.A. de C.V., Bajainnova, GS Energía, S.A. de C.V., Generadores de Negocios en Energías Renovables, S.C., Gerencia de Proyectos Geotermoeléctricos, CFE, GeoConsul, S.A. de C.V.).
Este taller se realizó en instalaciones del CICESE y en él participaron los investigadores líderes de los proyectos que actualmente se desarrollan, así como los especialistas miembros del panel evaluador. Tuvo como objetivos informar con detalle el estado de avance de cada proyecto; buscar la colaboración entre proyectos e identificar intereses comunes; conocer los retos y oportunidades que se presentan, y establecer un diálogo directo con el panel evaluador.