Ensenada, Baja California, México, 26 de abril de 2017. “Estamos ante un cambio de paradigma, pues anteriormente no era tan bien visto que investigadores transfirieran tecnología. Afortunadamente, se ha ido erradicado este pensamiento, aunque se sigue teniendo la filosofía de ciencia por la ciencia, y está bien. Sin embargo, los tiempos han cambiado, los recursos que nos brinda el CONACYT ya no son suficientes. Transferir el conocimiento nos brinda la oportunidad de hacer lo que nos gusta con un impacto social”.
Lo anterior lo mencionó el Dr. Alexei Licea Navarro, director de la División de Biología Experimental y Aplicada del CICESE, durante su participación en el panel “De la investigación a la innovación, un camino recorrido” realizado en el marco de la celebración del “Día Mundial de la Propiedad Intelectual: La innovación mejora la vida” (que celebra la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual -OMPI-) llevada a cabo hoy en las instalaciones del mismo centro.
Por su parte, el Dr. Salvador Villareal, investigador del Departamento de Electrónica y Telecomunicaciones, compartió parte de su experiencia en el camino de la innovación. “Cuando empecé a vincularme con la empresa privada yo tenía relativamente poco tiempo en el CICESE y hubo colegas que me dijeron que a mí no me habían contratado para vincularme, sino para hacer investigación y escribir papers. Afortunadamente, en la Dirección de Telemática y en el Departamento de Electrónica y Telecomunicaciones ya había un grupo que me dio cobijo, y esto es muy importante porque para hacer vinculación es necesario primero tener un grupo de trabajo”.
Como parte de las actividades conmemorativas ambos investigadores fueron reconocidos por la Dirección de Impulso a la Innovación y el Desarrollo (DIID) del CICESE, ya que son considerados como académicos que han enfrentado el reto de abrir la brecha en busca de la innovación tecnológica.
“Alexei Licea (biotecnología) y Salvador Villareal (electrónica y telecomunicaciones) han vivido el proceso completo, cada uno en su espacio de aplicación especializada, desde el logro de la prueba de concepto en su laboratorio, hasta interesar y convencer a la empresa a invertir para llevar esa prueba de concepto al mercado”, expresó la MC. María Concepción Mendoza, directora de la DIID.
“Aparte de sus logros académicos, Alexei Licea es inventor de dos patentes otorgadas y tres solicitudes de patente en trámite, dos de ellas licenciadas. Por su parte el Dr. Salvador Villareal es inventor de una patentes otorgada, una solicitud de patente en trámite, dos diseños industriales otorgados, ambos licenciados, y siete derechos de autor de software”, añadió Mendoza.
Durante la celebración se reconoció la labor de 27 personas más, entre investigadores, técnicos y estudiantes, que han incursionado en el proceso de innovación de la institución como autores o inventores, logrando la transferencia o licenciamiento de la propiedad intelectual generada. Que consta de 12 patentes otorgadas y 11 en trámite, un modelo de utilidad en trámite, dos diseños industriales otorgados y más de 30 registros de software por Derechos de Autor.
Entre los otros galardonados se encuentran la Dra. Margarita López y el Dr. Jonás de Basabe, investigadores de la División de Ciencias de la Tierra, como autores de dos productos de software, que determina la edad de las rocas y sus proceso geológicos, registrados por derechos de autor y licenciados a la UNAM.
Se reconoció de igual manera la labor del Grupo de Investigación Avanzada en Telecomunicaciones (ARTS) por lograr licenciar sus resultados a empresas como Plamex en Tijuana, ATR en Jalisco y la Secretaría de Salud de Colima.
Por su parte el ingeniero Josué Gutiérrez Carrascal, coordinador departamental de Invenciones y Servicios de Información Tecnológica, de la Oficina Regional Occidente el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), invitó a reflexionar en torno a la cultura de la innovación, ya que Baja California subió del nivel 16 al 14 en la lista de México de solicitud de invenciones.
“Al innovar y proteger, crecemos todos. Por un lado el usuario tiene certeza de que el producto que está obteniendo está avalado por una institución y por el otro, el inventor tiene exclusividad sobre los derechos de la invención y certeza jurídica de que sólo él puede explotar su producto en el territorio donde lo registró. Todo esto va generando una bola de nieve donde ganamos todos; genera un porvenir a la persona y a la institución y en términos generales es beneficiosos para el país” puntualizó.