42/2011 Investigación básica con proteínas de origen marino podría aportar frutos prometedores para la cura de cáncer cervicouterino y de mama.

Ensenada, Baja California, México, 2 de septiembre de 2011. El mar es una fuente importante de recursos que, al investigarlos, aporta soluciones a problemas humanos como el cáncer. En esta ocasión, los protagonistas son microorganismos y macroorganismos de origen marino –fuente de metabolitos bioactivos requeridos para producir fármacos– los que podrían dar una respuesta a esta pandemia mundial.

El término cáncer es genérico y designa un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar cualquier parte del cuerpo; este término se aplica también a tumores malignos o neoplasias. El cáncer comienza con una modificación en una sola célula, que puedo generarse por agentes externos o por factores genéticos heredados. Una característica del cáncer es la multiplicación rápida de células anormales que, al extenderse más allá de los límites normales, pueden invadir partes adyacentes del cuerpo y propagarse a otros órganos, proceso conocido como metástasis. Las metástasis son la principal causa de muerte por cáncer. El cáncer cervicouterino, causado por el virus del papiloma humano (VPH), representa una de las principales causas de defunción de mujeres en países de bajos ingresos.

Las formas de predisponer un cuerpo saludable para adquirir cáncer son el tabaquismo, el alcoholismo, el consumo insuficiente de frutas y hortalizas, las infecciones por virus de la hepatitis B, de la hepatitis C y por VPH, todos ellos factores de riesgo muy presentes en los países de ingresos bajos y medianos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la primera causa de mortalidad a nivel mundial; se le atribuyen 7,6 millones de defunciones ocurridas en 2008 (aproximadamente, un 13 por ciento del total) donde el cáncer mamario representa 460 mil defunciones cada año. Más del 70 por ciento de las defunciones por cáncer son registradas en países de ingresos bajos y medianos. Se prevé que el número de defunciones anuales mundiales por cáncer seguirá aumentando y pasará de 11 millones en 2030. En México, esta afección es la segunda causa de muerte en mujeres de 30 a 54 años de edad y amenaza a todos los grupos socioeconómicos.

En el CICESE, el Dr. Jorge Olmos Soto, investigador del Departamento de Biotecnología Marina, realiza estudios avanzados en bacterias desde 1991. Hace seis años comenzó la investigación de metabolitos bioactivos que tuvieran la capacidad de inhibir el crecimiento de células de cáncer. “Hemos trabajado con líneas celulares de cáncer cervicouterino y de mama, encontrando efectos positivos en la eliminación del crecimiento y propagación de las células cancerígenas usando bajas concentraciones de las proteínas aisladas en nuestro trabajo. Asimismo, hemos inducido tumores a ratones utilizando las líneas celulares de cáncer ya mencionadas, y una vez inyectadas las proteínas aisladas, los tumores han desaparecido por completo en 20 días sin provocar efectos secundarios en los animales. Aclaramos que no hemos hecho estudios en humanos; por lo tanto, no sabemos si los efectos que tenemos en líneas celulares y en ratones vayan a repetirse en los pacientes con cáncer. Se requiere la colaboración de empresas para financiar las pruebas clínicas en humanos y, si son positivas, adquieran ellas mismas la tecnología.”

Una de las desventajas de los metabolitos de origen marino, explica el investigador del CICESE, es que se encuentran en muy bajas concentraciones en los organismos que los producen y es muy difícil sintetizarlos químicamente. Sin embargo, las proteínas que analiza el CICESE se producen, purifican, activan y estabilizan de “manera económica”, estable y fácil, por lo cual si los resultados en humanos fueran favorables los tratamientos podrían ser relativamente económicos.

La investigación básica liderada por el Dr. Olmos está en proceso; sus resultados no son concluyentes. Entre otros aspectos importantes, se desconoce si los metabolitos bioactivos tendrán la misma respuesta favorable en humanos como la obtenida en los ratones. En este sentido se requiere que la iniciativa privada, el gobierno o alguna fundación inviertan en la siguiente fase, que son las pruebas clínicas en humanos. Si esas pruebas ofrecen resultados favorables, se buscaría la transferencia tecnológica para que una empresa inicie el proceso de producción de forma masiva del medicamento.

Vale la pena destacar que esta tecnología representa un manantial de oportunidad para el sector empresarial privado o el gobierno, los cuales podrían beneficiarse con la transferencia tecnológica y, además, contribuir a una probable solución de un problema de salud pública nacional y mundial.

Un avance en la proyección y alcance de esta investigación fue la presencia de Jorge Olmos en el Encuentro de Negocios Business Meeting and Networking INNOVATEC Baja 2011, que se llevó a cabo ayer por la tarde en el ex hotel Riviera de Ensenada, Baja California. En el panel “Proyectos estratégicos de biotecnología aplicados al sector farmacéutico”, el Lic. Juan López de Laboratorio Silanes abrió las presentaciones indicando el camino que cualquier innovación tecnológica en el campo de la salud humana debe seguir:1) reproducibilidad, 2) pruebas pre-clínicas de efectividad y toxicidad 3) Desarrollo del modelo en humanos que garantice seguridad, entre otros. Pasos que la investigación de Jorge Olmos, del CICESE, debe recorrer antes de pensar en un fármaco disponible para la sociedad humana.