Ensenada, Baja California, México, 17 de febrero de 2012. Comprender el vuelo del colibrí y cómo logra quitarse gotas de lluvia de la cabeza y cuerpo en pleno vuelo sin perder estabilidad, es conocimiento básico que redundará en aplicaciones tan diversas como la aerodinámica, biomecánica y mecánica, cuyo uso podemos apreciar en el desarrollo de lavadoras y centrifugadoras más eficientes o en vehículos que se adapten a condiciones ambientales drásticas, entre otros.
El estudio del control y estabilidad de colibrí puede dar lugar al diseño de micro-vehículos aéreos con la capacidad de maniobrar en condiciones ambientales adversas como lluvia, nieve, tormentas de arena o incluso de ambientes altamente turbulentos. La alta efectividad mostrada por los colibríes para deshacerse del agua adherida al plumaje puede servir para el diseño de mejores maquinas de secado usando un principio de oscilaciones alternadas y el efecto de látigo observado por las plumas del colibrí. El estudio de las propiedades repelentes de las plumas puede servir para mejorar la estructura de las fibras textiles usadas para el vestido.
Víctor M. Ortega Jiménez es egresado del doctorado en Ecología Marina del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE). Actualmente realiza una estancia posdoctoral en el laboratorio de vuelo animal en la Universidad de California en Berkeley. Durante el primer año, su investigación consistió en evaluar los efectos de la lluvia en el vuelo de los colibríes. Inesperadamente mientras los filmaba (con cámaras de alta velocidad) volando bajo condiciones simuladas de lluvia, descubrió que estas pequeñas aves se sacudían en pleno vuelo, de manera similar a como lo hacen los perros, para deshacerse del exceso de agua adherido al plumaje.
Lo más impresionante es que tales acrobacias eran realizadas en el aire y sin aparente pérdida de control, a pesar de que la aceleración alcanzada durante las oscilaciones es de hasta 14 veces la aceleración de la gravedad. Un piloto aéreo llega a perder el sentido cuando su aceleración es tan sólo la mitad de la soportada por los colibríes al sacudirse.
Las plumas juegan un papel importante en el proceso de secado, ya que gracias a su flexibilidad durante las oscilaciones producen un efecto de “látigo” que finalmente ayuda a remover las gotas de agua más fuertemente adheridas. Estas observaciones fueron publicadas en la revista Interface de la Royal Society (http://rsif.royalsocietypublishing.org/content/early/2011/10/27/rsif.2011.0608.full) y recibieron gran atención en medios de comunicación internacionales (BBC, NBC, Scientific American, Discovery Channel, etc).
Al respecto, Víctor Ortega comentó que “…el siguiente gran paso es tratar de entender las capacidades aerodinámicas de los insectos cuando vuelan bajo la lluvia. Estos organismos son decenas de veces más pequeños que los colibríes y con superficies más repelentes al agua en comparación con las plumas”.
Observa el video de los colibríes en la siguiente liga: http://www.youtube.com/embed/nqxO7LdCM7g?rel=0
Sin duda, Víctor ha elegido un tema de investigación con grandes potencialidades en ciencia básica tendiente a conseguir avances tecnológicos en múltiples áreas de la ingeniería.