67/2012 Arrecifes coralinos mexicanos: nuestras selvas en el mar

Ensenada, Baja California, México, 16 de noviembre de 2012. Los arrecifes coralinos son uno de los ecosistemas más diversos en el planeta. Su gran valor ecológico, económico y cultural los ha colocado entre los ecosistemas de mayor prioridad para su conservación. Aún con esas ventajas, son de los ecosistemas más vulnerables a la degradación ambiental derivada de las actividades humanas, mismas que en las últimas décadas les han provocado cambios drásticos, cambios que de manera natural se producirían en escalas de tiempo geológicas.

Aunado a estos grandes cambios, otro enemigo a vencer son los procesos de erosión biológica (bioerosión) de las estructuras arrecifales, particularmente ocasionada por esponjas perforadoras, que parece acelerarse en condiciones de contaminantes y estrés en el coral. Estos fenómenos parecen estar ejerciendo de manera directa un efecto negativo sobre las comunidades arrecifales, y en consecuencia, ejercen presión sobre el resto de los organismos que los habitan, cuya diversidad depende de la estructura construida por los corales. Por tanto, tener una visión amplia y global de lo que ocurre en regiones habitadas por comunidades coralinas, permitiría proponer alternativas de manejo y conservación de tan valiosas especies.

En la costa mexicana del Pacífico, los arrecifes de coral se presentan en aguas someras (de 0 a 25 m de profundidad), desde el sur del Golfo de California hasta Oaxaca y las Islas Revillagigedo, donde generalmente construyen estructuras de poco relieve, menos de 3 m de espesor. Aunque los arrecifes son capaces de recuperarse de disturbios intensos, no pueden sobrevivir bajo disturbio crónico, ya sea natural o antropogénico (generado por la presencia del hombre). La recuperación, pasado un disturbio intenso que altera el entorno físico, es más lenta que cuando el disturbio daña o mata pedazos de coral, por lo que las dinámicas en las variaciones de las abundancias relativas en las comunidades de coral pueden entenderse a través de los tipos y escala del disturbio y en los procesos que ocurren después.

Comparables a las selvas en los continentes, los arrecifes de coral son ecosistemas que han sido el motor de trabajo para muchos estudiantes de posgrado del CICESE, como es el caso de Constanza Genoveva Moreno Viñals, quien el pasado 12 de octubre defendió su tesis de maestría en ciencias titulada Variación espacio temporal de las comunidades coralinas del Pacífico mexicano. En este trabajo se abordó la biodiversidad como un indicador del funcionamiento del ecosistema, dado que la riqueza de especies es sensible a las condiciones físicas, la heterogeneidad del hábitat y otros factores basados en interacciones bióticas, dinámicas y cambiantes; estos factores contribuyeron en la determinación de las variaciones en espacio y tiempo de las comunidades coralinas de 18 localidades ubicadas en las costas del Pacífico mexicano. La información que utilizó fue obtenida a partir de muestreos realizados entre 1998 y 2011.

Se evaluaron los cambios en la composición de especies de coral a nivel local y la contribución relativa (abundancia en porcentaje) de cada una de la cobertura coralina en 18 sitios entre eventos de muestreo. También valoraron los cambios en la cobertura coralina total (porcentaje) y nueve índices de diversidad, utilizados comúnmente para fines de monitoreo, con el objetivo de evaluar su efectividad en la detección y cuantificación temprana de perturbaciones o disturbios. La hipótesis que probaron en esta investigación fue la siguiente: En ambientes estables no habrá diferencias significativas en ninguno de los índices de diversidad; en cambio, en los ambientes con disturbio leve o moderado habrá diferencias entre eventos de muestreo para estos descriptores de la comunidad.

Como medidas preventivas en la conservación, proponen que deben prohibirse cambios en el uso de suelo que promuevan la deforestación, controlarse las actividades de buceo y pesca, considerando la capacidad del sistema en cualquier plan de manejo, para lo cual es indispensable continuar con el monitoreo e investigación. Por otro lado, se prevé que la frecuencia de anomalías de la temperatura aumente en la mayoría de los océanos tropicales, lo cual puede aumentar la susceptibilidad de los corales y la ocurrencia de enfermedades en ellos.

En conclusión, las comunidades coralinas del Pacífico mexicano analizadas en este estudio no presentan cambios de fase y, aunque despacio, son capaces de reponerse a disturbios locales. Además, la región del Pacífico tropical recibe influencia de las corrientes de California y norecuatorial que dispersan larvas en direcciones norte y sur. Sin embargo, es importante monitorear las amenazas reportadas por la CONABIO, para cada área marina prioritaria para la conservación, ya que pueden convertirse en disturbios agudos de baja intensidad, que pongan en riesgo la permanencia de las comunidades coralinas.

La tesis de Constanza Moreno Viñals fue dirigida por el Dr. Luis Eduardo Calderón Aguilera, investigador del Departamento de Ecología Marina del CICESE, con asesoría de un comité integrado por los doctores Héctor Reyes Bonilla, investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur; Lydia Ladah, investigadora de Oceanografía Biológica del CICESE, y Juan Manuel López Mariscal, investigador del Departamento de Oceanografía Física del CICESE.

Cabe destacar que este trabajo se enmarca dentro del proyecto Vulnerabilidad de los arrecifes coralinos de las costas mexicanas por efecto del cambio global y posibles consecuencias socioambientales financiado por el fondo sectorial CONACYT – SEMARNAT –INE Ref. 023390, cuyo objetivo general es identificar los factores físicos, biológicos y sociales que determinan la vulnerabilidad de los arrecifes coralinos, así como las consecuencias socioambientales que provocaría su degradación.