Algunos de los temas prioritarios para la oceanografía en México son formar más especialistas, el entendimiento de fenómenos como el cambio climático y la contaminación oceánica e investigaciones que contribuyan a la exploración y explotación de recursos marinos. Esto forma parte de las propuestas que un grupo de prestigiados investigadores planteó poseen gran potencial para los estudios oceanográficos en el país, como parte de la mesa redonda ‘El Futuro de la Oceanográfia en México’ que se realizó este 29 de agosto en el Centro de Investigación Científica y Estudios Superiores de Ensenada (CICESE) como parte del magno proyecto ‘¿Hacia dónde va la ciencia en México?’. El evento fue moderado por el doctor Guido Marinone, Director de la División de Oceanología de CICESE, y durante el foro los científicos coincidieron en que existe un gran potencial en líneas de investigación que apoyen a la administración eficiente de recursos pesqueros y a la explotación sustentable de hidrocarburos y minerales en el fondo marino, además de ahondar en el estudio oceanográfico de variables relacionadas con el impacto de la contaminación oceánica y el rol de los mares en un entorno del cambio climático. “Necesitamos comprender los procesos fundamentales de interacción entre el océano y la atmósfera, más monitoreo de datos oceanográficos y vinculación de grupos de trabajo entre los pocos investigadores que hay en el país, así como más especialistas en las diferentes áreas de la oceanografía,” planteó el Dr. Salvador Lluch, investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR). Otros expertos como el doctor Luis Zavala, investigador del Departamento de Oceanografía Física de CICESE, así como el doctor Miguel Ángel Huerta, investigador del Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la UABC (IIO-UABC) hicieron hincapié en la importancia de líneas de investigación en oceanografía física y química, respectivamente, que buscan entender los cambios antropogénicos en el mar, como la dispersión de hidrocarburos en situación de derrames o la predicción de efectos de los contaminantes en la vida marina, entre otros. A su vez, la doctora Elva Escobar expuso sobre la necesidad de estudiar la conectividad de la fauna marina, bioprospección y las condiciones ambientales biogeoquímicas en el fondo del océano ante la inminente ‘carrera’ internacional por explorar la disponibilidad de hidrocarburos y los minerales raros existentes en esta corteza oceánica. A la fecha, ya existen más de 14 contratistas de diversos países en aguas internacionales trabajando en el desarrollo de herramientas tecnológicas para la extracción minera de elementos como cerio, lantano, neodimio y otras tierras raras que son muy cotizadas en los mercados globales por su aplicación en tecnologías emergentes y componentes de ‘smartphones’ y automóviles híbridos, por mencionar algunos. Aunado a ello, la genética de los organismos en ambientes altamente saturados de minerales es otro recurso sin explotar que amerita realizar estudios oceanográficos en el fondo del mar para tener más conocimiento sobre el impacto de estas actividades en el lecho oceánico y sus especies, apuntó Escobar. “Tenemos también que considerar cómo conceptualizar la pesca y eso no va a ser fácil, necesitamos aprender a ‘enchufar’ lo que estamos aprendiendo con la oceanografía con los procesos de captura y comercialización de especies marinas para administrar esos recursos con una perspectiva de sustentabilidad,” agregó a su vez el Dr. Timothy Baumgarter, investigador en Oceanografía Biológica por CICESE. Las propuestas de la mesa redonda se sumarán al proyecto nacional ‘¿Hacia dónde va la ciencia en México?’ que incluye la discusión de más de 30 temas de relevancia para la ciencia, tecnología e innovación en el país y que tienen como fin detectar áreas de oportunidad para las políticas públicas e inversión pública relevante para México en esta década. La iniciativa está encabezada por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República (CCC) y, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). Todas las ponencias, junto con una introducción y una conclusión general, pasarán a formar parte de uno de los tres volúmenes que serán publicados dentro del convenio CONACyT-AMC-CCC este año.