Con el fin de apoyar la investigación oceanográfica que se realiza en este centro de investigación, el CICESE adquirió un glider submarino Sea Explorer, uno de los primeros vehículos autónomos marítimos de última generación en su tipo en el país, que fomentará la calidad de los estudios de circulación oceánica.
El Sea Explorer es un vehículo autónomo submarino de medición de variables oceanográficas fabricado por la empresa francesa ACSA, cuya operación remota permite controlar su trayecto y transmitir las observaciones realizadas vía Internet satelital. Su batería le permite recorridos de hasta dos meses continuos en campo.
Una vez en el agua, el ‘glider’ submarino emerge ocasionalmente para retransmitir datos sobre su posición e información de sus sensores, que miden variables como salinidad, profundidad, oxígeno disuelto, turbidez y fluorescencia, entre otros.
Una de las primeras aplicaciones que el moderno equipo permitirá realizar es hacer estudios de circulación oceánica y analizar la variabilidad de la Corriente Costera Mexicana en forma más intensiva que con un crucero oceanográfico, explicó el Dr. Emilio Beier, investigador adscrito a la Unidad La Paz, del CICESE en Baja California Sur.
Esta información puede ser utilizada por los científicos de CICESE para determinar la velocidad de las corrientes, utilizando datos hidrográficos , y en particular para estudiar la convergencia tropical-subtropical frente a México entre la Corriente Costera Mexicana y la Corriente de California.
Esta zona cubre un área que se extiende a lo largo de casi 600 kilómetros desde la costa hasta el océano interior, y desde el Golfo de Ulloa hasta las cercanías del Golfo de Tehuantepec, dijo el académico. La Corriente Costera Mexicana se origina en el trópico y fluye hacia el norte donde converge con el brazo tropical de la Corriente de California. Estas dos corrientes fueron observadas y nombradas por sucesivos cruceros oceanográficos de un proyecto general conocido como PROCOMEX, (Programa Oceanográfico del Occidente de México) , un grupo multidisciplinario de investigadores de diversos centros científicos del país actualmente liderado por el doctor Beier.
“Ya hemos investigado esta región, pero en este caso, enviaremos el Sea Explorer por un solo transecto desde la costa (Manzanillo) hasta 600 kilómetros hacia el océano recorriéndolo de idas y de vuelta permanentemente, que coincidirá con una trayectoria que hace el satélite JASON, midiendo anomalías en el nivel del mar,” comentó el doctor Beier. Ese proceso, conocido como altimetría, permitirá comparar los datos satelitales y los que se obtengan in situ con el Sea Explorer, aunque previo a esto la empresa fabricante realizará un curso de capacitación de una semana en las instalaciones del CICESE en Ensenada.
“Hay problemas que no sabemos, como la rapidez con la que se adhieran los organismos marinos al aparato en esta zona tropical, lo cual puede entorpecer su movimiento si no se le da mantenimiento permanente. Vamos a aprender sobre la marcha”.
Algunas de las otras aplicaciones del equipo pueden ser el monitoreo de calidad de agua, determinación de poblaciones de mamíferos marinos, detección de contaminantes, operaciones de rescate e investigación científica, según el sitio de la empresa ACSA.