La ‘condición Santa Ana’ que se ha registrado esta semana ha provocado vientos que alcanzaron velocidades de 95 kilómetros por hora en la zona urbana de Ensenada y de 130 kilómetros por hora en la zona rural y sierra, informó Santiago Higareda Cervera, técnico colaborador en el Laboratorio de Pronóstico Meteorológico del CICESE.
La frecuencia con la que se ha presentado este fenómeno desde hace casi una década es de 50 días aproximadamente al año durante el periodo de otoño e invierno. La forma en que la población lo identifica fácilmente es cuando los vientos cambian de dirección (del oeste al noreste) y la humedad disminuye abruptamente.
La humedad relativa normal en la zona costa, en el transcurso de la noche es en promedio de 96% y durante el día 65%. Cuando la “condición Santa Ana” inicia, la humedad baja drásticamente en la noche hasta niveles de 20-30% y en el día queda hasta en un 5%, explicó el académico.
Esta condición se puede presentar con vientos intensos. Para que esto suceda es necesario que la ubicación del centro del sistema de alta presión se encuentre cerca o próximo a nuestra región y las isobaras estén muy juntas entre sí.
Con la estación meteorológica automática del CICESE se registraron hasta el año 2007 vientos de 110 kilómetros por hora, y en estas dos últimas condiciones que se presentaron (abril y mayo del 2014) los vientos máximos que se registraron fueron de 95 kilómetros por hora.
Hay que aclarar que la intensidad de los vientos máximos no fue la misma en toda la entidad federativa, en virtud que hubo lugares donde se registraron vientos máximos del orden de 130 kilómetros por hora. Esta magnitud ya es considerada vientos huracanados, señaló Higareda.
Los denominados ‘vientos de Santa Ana’ son originados por un sistema de alta presión semipermanente muy extenso que, al fortalecerse, empieza a meterse al continente y genera vientos provenientes del noreste o este, que son calientes y secos, pues vienen del desierto de California. Estos vientos frenan la brisa marina del océano Pacífico y provocan temperaturas elevadas y secas.
En correlación con estas disminuciones de humedad, se observan aumentos tanto en la presión atmosférica como en la temperatura ambiente y en la rapidez del viento, y éste transporta grandes cantidades de polvo hacia el océano, y en ocasiones la intensidad es suficiente para generar filamentos de surgencia o afloramiento de aguas profundas ricas en nutrientes hacia la superficie del océano.
La conjunción de estas surgencias peculiares de otoño e invierno, con la fertilización de las aguas superficiales con grandes cantidades de polvo, son también una característica de la "Condición Santa Ana”, señala a su vez un artículo publicado por el Dr. Modesto Ortiz Figueroa, investigador del Departamento de Oceanografía Física de CICESE.
Crédito de Imagen: Polvo transportado al mar durante la "condición Santa Ana" del 9 al 11 de febrero del 2002. La imagen es cortesía del proyecto SeaWiFS de la NASA, y publicada por el Dr. Modesto Ortiz Figueroa en 2009, en la revista Geos.