Con una trayectoria de una década y media en la que suman numerosos logros científicos y valiosos recursos humanos formados en sus filas, el Laboratorio de Esclerocronología, Ecología y Pesquerías de la Zona Costera (LEEPZC) celebró su 15º aniversario recientemente.
El laboratorio se ha dedicado desde 1999 al estudio de los recursos bióticos marinos en el Pacífico. Provee asesoría y servicios al sector pesquero de Baja California, entre otros: la evaluación de stocks de poblaciones, determinación de edad a partir de la lectura de anillos de crecimiento en estructuras duras (esclerocronología), estudios de reclutamiento y abundancia de especímenes juveniles y larvas de especies marinas, estudios de impacto ambiental y consultoría en manejo pesquero a nivel ecosistema.
Su objetivo ha sido trascender el conocimiento científico a través de numerosos estudios y proyectos de investigación que permitan una mejor comprensión y aprovechamiento de la fauna marina en las costas de Baja California, aseguró el doctor Luis Eduardo Calderón Aguilera, investigador del Departamento de Ecología Marina del CICESE, responsable del laboratorio.
El laboratorio fue simbólicamente inaugurado y bautizado el 26 de marzo de 1999 con el nombre “Biól. Pesq. Teresa López Alfaro”, asistente del Dr. Calderón y compañera sentimental de Gerardo Castillo, estudiante de maestría en el CICESE quien ese día defendió su tesis. Teresa falleció prematuramente a causa de una negligencia médica en un hospital público local y, desde ese entonces, Luis Eduardo Calderón y sus estudiantes acordaron el nombre del laboratorio para rendir homenaje a su memoria.
Ciencia práctica en el mar
Enumerar los logros emanados del trabajo de investigación que han realizado los integrantes del laboratorio en este periodo es hacer una lista larga, pero el doctor Calderón destaca tres en particular: un proyecto de ecología del reclutamiento de camarones peneidos y su relación con la pesquería en el Alto Golfo de California, el estudio de la vulnerabilidad de los arrecifes coralinos del Pacífico mexicano y estudios de biología pesquera para determinar la edad de la almeja generosa Panopea spp.
A través de sus estudios de poblaciones, la autoridad pesquera recibe la información adecuada para asignar cuotas de pesca a cada permisionario, y ello depende de una correcta estimación del stock de la especie en cuestión.
“Cuando solicitas un polígono para aprovechar el producto disponible, hay que determinar una cuota que no ponga en peligro el balance de la población. Usualmente, la cuota va de 0.5% del total para actividades de fomento y 1% para actividades comerciales, y si nosotros sobreestimamos la abundancia, podemos poner en peligro el equilibrio ecológico, y si lo subestimamos, vamos a perjudicar al concesionario”, explicó Calderón.
Otro servicio del LEEPZC consiste en estimar mediante modelos matemáticos la abundancia de larvas y juveniles de una especie. De esa forma se puede calcular cuántos organismos llegarán a adultos y cuántos podrían ser aprovechados, un trabajo que se ha hecho en el CICESE durante más de 15 años, en el caso del camarón en el Golfo de California, concretamente en el Alto Golfo de California, donde se demostró la existencia de más de un stock reproductivo de camarón e identificaron la temporada precisa de su principal desove. Esto es fundamental para determinar la temporada de veda y para fines de manejo y vigilancia, sobre todo en los meses críticos para la reproducción de esta especie, de junio a agosto. Asimismo, demostraron la importancia que tienen los aportes del río Colorado para la ecología de esta reserva de la biosfera.
Gracias al trabajo del doctor Calderón y su equipo, en 2007 se abrió de nuevo la captura de pepino de mar en las costas de Baja California. Con la colaboración de la UABC y el Centro Regional de Investigaciones Pesqueras (CRIP), el CICESE determinó las tasas de captura con base en el hábitat viable, capturas históricas y evaluaciones que llevaron a cabo. Así, la autoridad asignó las tasas de aprovechamiento para los permisionarios, en conjunto con la opinión del CRIP del Instituto Nacional de la Pesca en Ensenada.
Cambio climático y arrecifes de coral, una línea de gran interés
El estudio de los efectos del cambio climático ha sido otra de las líneas de investigación del LEEPZC, y ha aumentado el entendimiento científico a través del análisis de los arrecifes coralinos del Pacífico. Uno de los logros destacables se concretó en el 2005, cuando se publicó el primer atlas de corales del Pacífico mexicano, que contiene una base de datos con 3 mil 423 registros de especies provenientes de 368 localidades del Pacífico mexicano.
“Participamos activamente en la Red Mexicana de Investigaciones Ecológicas a largo plazo (www.mexlter.org.mx) para conocer la diversidad taxonómica y funcional de los ecosistemas arrecifales, y actualmente investigamos el posible efecto del cambio climático sobre comunidades coralinas, como su vulnerabilidad, susceptibilidad a enfermedades y blanqueamiento y afectación de las tasas de calcificación”, menciona el académico.
Notable ha sido la participación de la M.C. Jenny Carolina Rodríguez Villalobos, quien hizo su maestría en el CICESE y actualmente cursa el doctorado en la misma institución. Bajo la asesoría de Calderón, Jenny Rodríguez documentó lesiones en 46% de 1,006 colonias de arrecifes revisadas en cuatro localidades del Pacífico mexicano. “En mi tesis doctoral trato de describir la pérdida de tejido del coral a través de técnicas de histopatología y metagenómica, y estoy por partir al Centro de Salud de la Vida Silvestre del USGS en Hawaii para aprender más sobre inmunohistoquímica,” comentó.
Otro trabajo interesante es el de Laura Galván, estudiante de maestría en Ecología Marina, cuya tesis se enfoca a determinar la composición de calcio-magnesio y densidad óptica en las estructuras mandibulares del erizo punta de lápiz Eucidaris thouarsii, una especie muy susceptible a la acidificación de los océanos y al cambio climático. “Por estar compuestos de calcita y magnesio, estos erizos son susceptibles a la acidificación marina, al igual que los corales y otros moluscos, y el objetivo es estudiar cómo estos organismos van a reaccionar ante este fenómeno”, señaló Galván.
Una línea de investigación Generosa
Otro de los proyectos destacados en la trayectoria del laboratorio es la adaptación de tecnología canadiense para determinar la edad de primera madurez de la almeja generosa (Panopea spp.) y la tasa de crecimiento de la especie para un mejor aprovechamiento, señaló el Dr. Calderón. “La pesquería de la almeja generosa inició en 2002 y para 2006 ya había superado las 1,200 toneladas de captura y había solicitudes de aprovechamiento para prácticamente todo el litoral de la península de Baja California y costa de Sonora. Sin embargo, no existía información básica para el sustento técnico de la asignación de cuotas”.
En este sentido, el trabajo del laboratorio fue determinante para apoyar el correcto manejo de esta especie: se hicieron evaluaciones de densidad poblacional, estudios de reproducción, genética y los primeros estudios nacionales sobre determinación de edad de las dos especies que habitan aguas mexicanas: Panopea generosa, en la costa del Pacífico y Panopea globosa en el Golfo de California, hasta Bahía Magdalena, BCS. Cabe destacar que el espécimen más antiguo encontrado por el CICESE fue una almeja generosa de 96 años de edad proveniente de las Islas Coronado.