68/2014 La experiencia Centroamericana en producción geotérmica: caso El Salvador

Con sólo dos plantas generadoras que llegan a producir 1 mil 442 giga watts de electricidad por hora (GWh), El Salvador abastece 25% de su consumo eléctrico a partir de energía geotérmica, lo que coloca a este país a la cabeza de los cuatro que operan plantas y producen energía a partir de campos geotérmicos en Centroamérica, cuya producción anual supera, en conjunto, los 3 mil 500 GWh. De ahí la importancia de compartir experiencias y establecer lazos de cooperación con México, país que tiene la experiencia y el potencial como para aprovechar de manera sustentable el uso de esta energía. Lo anterior fue señalado por el Dr. Manuel Ernesto Monterrosa Vásquez, coordinador del grupo de Ingeniería de Reservorios de la empresa de participación estatal La Geo, S.A. de C.V., que desde 1975 comenzó la exploración y explotación de plantas generadoras geotérmicas en El Salvador, y que visitó el CICESE para sustentar tres conferencias y un taller a iniciativa del Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (CEMIE-Geo). Del 22 al 26 de septiembre, el Dr. Monterrosa sustentó las conferencias “La experiencia de El Salvador y Centroamérica en el desarrollo geotérmico”; “Aspectos fundamentales sobre el manejo de recursos geotérmicos”, y “La sustentabilidad de los recursos geotérmicos. Además, impartió el taller práctico “El simulador TOUGH2, uso y aplicaciones en la geotérmica”. Estas actividades fueron organizadas por la Dra. Zayre González Acevedo, investigadora del Departamento de Geología del CICESE y responsable del proyecto Desarrollo sostenible y minimización del impacto ambiental de la explotación de yacimientos geotérmicos en México, del CEMIE-Geo. La presencia de Manuel Ernesto Monterrosa, explicó la Dra. González Acevedo, obedece a que, con su amplia experiencia en el manejo de yacimientos geotérmicos, puede hablarnos sobre aspectos relacionados con el desarrollo sustentable desde el punto de vista de manejo, “siendo este uno de los objetivos que pretendemos cubrir con el proyecto que coordino”. En su plática inicial, el Dr. Monterrosa consideró que se necesita mucho trabajo social en las comunidades asentadas alrededor de los pozos en explotación, pues hay ciertos problemas ambientales como el ruido y los tóxicos que acompañan el agua que surge de ellos, que ameritan atención especial y trabajo directo con los pobladores avecindados en los alrededores para evitar, por ejemplo, la contaminación de arroyos. En El Salvador operan dos plantas generadoras: Ahuachapán y Berlín. Su capacidad instalada representa 15% de la infraestructura total, un nivel bajo tomando en cuenta que la capacidad instalada de plantas termoeléctricas representa 51% y 34% las hidroeléctricas. Sin embargo, estas dos generadoras geotérmicas aportan 25% del consumo total, contra 38 y 36 por ciento respectivamente de las termoeléctricas e hidroeléctricas, y 1% de energía importada. Esto es posible, explicó el Dr. Monterrosa, porque operan con mayores niveles de eficiencia que los otros tipos de plantas. Dijo que su empresa está por comenzar a operar dos nuevas plantas, San Vicente y Chinameca, lo que permitirá sostener el crecimiento que ha registrado El Salvador desde los años 70, y que en términos generales alcanza incrementos de 125 mega watts de producción eléctrica por década. Informó que toda Centroamérica tiene potencial geotérmico, pero sólo cuatro países cuentan actualmente con plantas generadoras: Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Las seis plantas que operan tienen una capacidad total instalada de 624.1 mega watts (MWe) (aunque disponible sólo 410.2 MWe), y una producción anual de 3 mil 542 GWh. El Dr. Monterrosa recordó que a finales de la década de los 80, investigadores de la División de Ciencias de la Tierra del CICESE participaron en los estudios de exploración del campo geotérmico Chipilapa, en la zona de Ahuachapán, realizando estudios geofísicos, principalmente de sísmica de reflexión y métodos magnetotelúricos, aunque también se hizo algo de geología. La idea, indicó, era montar ahí una planta, pero el estudio de factibilidad indicó que esto no era posible. Actualmente Chipilapa es la zona donde se reinyecta el agua de los pozos, pero ponderó el trabajo hecho por personal de este centro hace más de 25 años. Cabe recordar que el CEMIE-Geo es una alianza academia-industria encabezada por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), y constituida por 23 entidades participantes (centros de investigación, universidades, empresas e instituciones de gobierno). Nace de la necesidad que tiene México de desarrollar y fomentar el uso de energías renovables, para alcanzar la meta en 2024 de que 35% de la generación de electricidad en nuestro país deberá ser a partir de fuentes no fósiles.