Ensenada, Baja California, México, 5 de abril de 2010. Por no haber ocurrido un terremoto con magnitud similar y en la misma zona en más de 100 años, el sismo de ayer fue considerado por sismólogos del CICESE como un evento totalmente fuera de lo ordinario, que debe servirnos para trabajar más intensamente en aspectos de prevención. Y al tiempo que informaron que en menos de 22 horas (hasta las 14:00 horas de hoy lunes) se han registrado 301 réplicas con magnitud alrededor de 2 grados en la escala de Richter, 216 con magnitud entre 3 grados, 25 con magnitud 4 y 7 sismos de 5 grados, anunciaron que seis sismólogos, en tres grupos de dos, habrán de instalar entre hoy y mañana un total de 30 instrumentos alrededor de la zona de ruptura para integrar una red sísmica que ayudará a entender la tectónica del movimiento, el cual provocó un rompimiento de entre 75 y 80 kilómetros a lo largo del plano de falla y que, por fortuna, liberó su energía hacia el noroeste, afectando así en menor medida las instalaciones de la planta geotérmica de Cerro Prieto y a Mexicali. Sin embargo, a pesar de que prácticamente descartaron nuevamente la ocurrencia de un sismo con magnitud similar al de 7.2 grados del domingo, anunciaron que seguirá temblando -a manera de réplicas- durante las próximas dos semanas. En conferencia de prensa donde estuvieron presentes el Dr. Luis Delgado Argote, director de la División de Ciencias de la Tierra; el Dr. Víctor Wong Ortega, jefe del Departamento de Sismología, así como los investigadores Raúl Castro Escamilla y Luis Humberto Mendoza Garcilazo, se informó sobre lo extraordinario que significa este movimiento para Baja California desde el punto de vista histórico, pues solamente se tenía el registro verbal de un sismo de magnitud 7.0 en esta misma zona, ocurrido en el año de 1892. Posterior a él, se registró otro de 6.9 grados en 1940 en el valle Imperial. Para conocer a detalle la respuesta y el movimiento del suelo, la tectónica misma del sismo y para generar mapas con los perfiles correspondientes a los sismos que continuarán presentándose, el CICESE envió a un grupo seis de especialistas que ya se encuentran instalando 30 sismógrafos alrededor de la zona de ruptura y en la mancha urbana de Mexicali, y se espera que a más tardar mañana martes comience a operar esta red. Asimismo, anunciaron que, como ha sido tradicional desde que el CICESE comenzó a monitorear los movimientos de la corteza en Baja California a principios de los años 70, han mantenido una fuerte colaboración con sismólogos de instituciones del sur de California. Además, informaron sobre la realización de un vuelo de reconocimiento aéreo que les permitirá tomar fotos del lugar donde ocurrió el macrosismo, así como la implementación de estudios de geodesia, con levantamientos que permitirán conocer el posicionamiento de la península de Baja California luego de los movimientos registrados desde ayer. Los investigadores dijeron que para estar preparados ante sismos de esta magnitud, debemos aprender las lecciones que se nos brindan, sobre todo en aspectos que permitan actualizar los reglamentos de construcción y en cuidar que éstos verdaderamente se apliquen. Por eso, consideraron como positivo el que ya exista una iniciativa por parte del presidente municipal de Ensenada, para que en el seno del Instituto Municipal de Investigación y Planeación se incorporen especialistas en riesgo sísmico, para que trabajen en aspectos de prevención. Ante la confusión de buena parte de la población respecto a cómo se mide un movimiento como el de ayer, Víctor Wong diferenció la magnitud de la intensidad sísmica. La magnitud se refiere a la cantidad de energía liberada en la zona de ruptura, y ésta es una medida única que se expresa en la escala de Richter. Por su parte, la intensidad se basa en lo que la gente percibe y en los efectos y daños causados a diversas estructuras, y se expresa en la escala de Mercalli Así, el sismo de ayer tuvo una magnitud única de 7.2 grados, mientras que la intensidad fue sentida en Ensenada y Tijuana como de 5 grados, mientras que en Mexicali, por los daños provocados en edificios y caminos, alcanzó 8 grados en la escala de Mercalli.