Ensenada, Baja California, México, 9 de abril de 2010. Un total de 11 estaciones GPS, capaces de medir movimientos horizontales y verticales en las fallas activas en escala hasta de milímetros y determinar así, qué tanto se desplazó la península de Baja California con respecto al resto del continente tras los sismos ocurridos a lo largo de esta semana, están siendo instaladas por personal del CICESE en el valle de Mexicali, informó el M.C. Francisco Suárez Vidal, investigador del Departamento de Geología. Además, dio a conocer que otros dos investigadores de este centro, John Fletcher y Javier González, sobrevolaron la sierra de Cucapá y encontraron, sobre el trazo de la falla, escalonamientos de hasta dos metros, lo cual deberá ser confirmado con la red de instrumentos del sistema de posicionamiento global (GPS por sus siglas en inglés) que están instalando. Explicó que los GPS utilizan una tecnología relativamente nueva, que salió apenas hace unos 10 años y que comenzó a utilizarse para hacer mediciones geológicas. “La geodesia nos permite, entre tras cosas, medir qué tanto se están desplazando o qué movimiento están teniendo las fallas activas, como las que existen en Baja California. Específicamente, en el caso de Mexicali, se localizan la falla de Cerro Prieto, la falla Imperial, la Laguna Salada, la Cucapá, entre otras, todas ellas activas. Nos interesa saber qué tanto se están moviendo y qué tanto esfuerzo se está acumulando para pronosticar la posible ocurrencia de un evento sísmico”. Dijo que de manera permanente instalan y operan instrumentos GPS en sitios estratégicos, lo que ha permitido medir movimientos hasta del orden de 1 o 2 milímetros de desplazamiento, los cuales probablemente uno, como humano, no los percibe. “Pero los instrumentos están hechos para ello”. Tomando en consideración que la península de Baja California -asentada en la placa del Pacífico-, se está moviendo respecto al resto del continente -que está sobre la placa de Norteamérica- a una razón promedio de 5 centímetros por año, “los instrumentos que estamos colocando nos van a indicar cuántos milímetros, centímetros o metros nos movimos, tanto en el sentido horizontal como en el vertical, después de estos temblores, pues eventos como el que tuvimos ahora o como los que tuvimos hace poco (agosto de 2009) en la zona de Bahía de los Ángeles, ayudan a que la península se siga moviendo”, manifestó el investigador. Calculó el costo de cada uno de estos instrumentos en casi cinco mil dólares, y señaló que sólo el CICESE opera una red GPS en el noroeste de México, aunque hay otras instituciones oficiales y académicas que lo hacen en el resto del territorio mexicano, como el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) o la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La información que estarán generando los 11 instrumentos del CICESE, será procesada tan pronto estén instalados y se correlacione con las alturas de los satélites, las cuales deberá proporcionar el gobierno de Estados Unidos a través del Jet Propulsion Lab (JPL) de la NASA. Reanuda operación la estación sísmica en el ejido Esteban Cantú En otro orden de ideas, el M.C. Antonio Vidal Villegas, responsable de la Red Sísmica del Noroeste de México (RESNOM) que opera el CICESE, informó que las baterías, panel solar y cables que fueron sustraídos ayer jueves 8 de abril de la estación localizada en el ejido Esteban Cantú, pudieron recuperarse casi de inmediato tras capturarse a los responsables del ilícito, por lo que el registro de información sismológica se reanudó al cabo de tres horas. Explicó que la red está constituida por 14 estaciones distribuidas en la parte norte de Baja California, que de manera permanente monitorean la actividad sísmica. Cada una opera de manera autónoma y transmiten la información de manera análoga y digital por radio -telemetría- a un laboratorio central ubicado en el CICESE. La estación Esteban Cantú -denominada ECX-, además de contar propiamente con un sismógrafo, sirve como retransmisora de las señales que, a su vez, le llegan de otras estaciones más alejadas. Así, el robo de alguno de sus componentes afecta la operatividad de buena parte de RESNOM, porque inhabilita la capacidad de recibir información de varias estaciones más, en particular la que proviene de la estación RDX -rancho Dawling, en la sierra de Juárez- que, a su vez, retransmite la señal de otras estaciones asentadas al este de Baja California. El investigador hizo un exhorto a la población para que no vandalicen los instrumentos científicos y reporten cualquier actividad extraña en los sitios donde se han instalado, pues alterar su funcionamiento repercute en la pérdida de valiosa información que, al ser debidamente procesada, nos beneficia a todos.