Ensenada, Baja California, México, 12 de abril de 2010. Los esfuerzos generados por el sismo de magnitud 7.2 del pasado 4 de abril pudieran ahora estar alterando la estabilidad en la porción sur de la llamada falla de Cerro Prieto -localizada al sur de esta planta geotérmica-, según establece un modelo para esta región que está siendo aplicado por geólogos del CICESE utilizando datos preliminares de las redes sismológicas que opera este centro de investigación y de sismos históricos ocurridos en la comarca de Mexicali. De esta manera, modelando el campo de esfuerzos producido por este sismo, se han comenzado a revelar detalles del devastador evento y su impacto futuro en la región, y se explica, entre otras cosas, porqué prácticamente no han ocurrido réplicas cerca del campo geotérmico de Cerro Prieto. La importancia que tiene este modelo, señaló el Dr. Juan Contreras Pérez, investigador del Departamento de Geología del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), es que aporta información sobre porqué ocurrió este sismo precisamente en el sitio donde aconteció, y predice dónde se están acumulando esfuerzos que pudieran “disparar” otro sismo. Sin embargo, no puede utilizarse para prever cuándo podría ocurrir. Según el investigador, en la actualidad se sabe que los sistemas de fallas funcionan de manera muy parecida a las fichas de un dominó. Cuando ocurre un terremoto, explicó, la energía que se libera de una falla “carga” de esfuerzos las fallas aledañas, las cuales –después-, dispararán otro sismo. En el caso de las fichas de dominó, una ficha que cae dispara la siguiente, y ésta a la siguiente, y así sucesivamente, sin que exista un intervalo de tiempo. En cambio, al ocurrir un terremoto, el esfuerzo se transfiere a otra falla, pero el siguiente sismo no ocurre de manera inmediata, sino que se “nuclea” ahí y años después se dispara. De esta manera, la energía se transfiere a la siguiente falla, vía esfuerzos, y el ciclo prosigue. El modelo para el valle de Mexicali fue desarrollado por investigadores del CICESE utilizando programas creados para este propósito por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). Lo que hizo el Dr. Juan Contreras fue alimentarlo con los cambios de esfuerzos inducidos por los sismos de 1892, históricamente el más grande ocurrido en esta zona (magnitud 7.1, con epicentro en la falla de Laguna Salada), el de 1930 que sucedió un poco más al sur (M 6.9, en la falla Chupamirtos), y el del pasado 4 de abril. Señala el investigador: “El modelo muestra que el sismo del pasado domingo se ‘núcleo’ en una zona donde se incrementaron los esfuerzos por los sismos de 1892 y 1930. Aparentemente, estos dos sismos también influenciaron la ‘nucleación’ del sismo de 1940 en la parte norte de la Falla Imperial”. Las imágenes obtenidas a partir de este modelo indican claramente las zonas donde se acumulan esfuerzos -colores rojos y amarillos-, y las zonas donde se presentan caídas en los esfuerzos -colores azules y verdes-. Cuando se superpone sobre el modelo las replicas localizadas por las redes sismológicas, se aprecia que el campo geotérmico de Cerro Prieto se encuentra en una zona de caída de esfuerzos (azul profundo), lo que explica la aparente carencia de replicas en el área. El modelo predice correctamente el patrón de sismicidad que está siendo registrado por los instrumentos en el campo. Esto es: dos zonas de acumulación de esfuerzos -que es donde se ha estado presentando la mayor actividad sísmica-, una en la parte norte de la falla Laguna Salada y otra hacia el sur, que continúa hasta la porción meridional de la falla de Cerro Prieto. Y en segundo lugar, una carencia de actividad sísmica en la parte central -en color azul- debido a que es ahí donde el sismo del domingo de pascua liberó esfuerzo. Sin embargo, también se puede notar que los esfuerzos generados por este sismo afectan a la porción sur de la falla de Cerro Prieto, alterando su estabilidad. El Dr. Juan Conteras desestimó que los sismos de magnitud 7.1 y 6.0 ocurridos el 3 de agosto de 2009 en el sistema de fallas del Golfo de California, en los alrededores de la isla Ángel de la Guarda -frente a Bahía de los Ángeles-, sean los responsables de transferir los esfuerzos que dispararon el sismo del pasado 4 de abril. Los esfuerzos que se generan en temblores como éstos son muy pequeños, explicó el investigador, del orden de 10 bares, y su área de influencia está restringida a lo que se muestra en las imágenes del modelo, que es aproximadamente de unos 50 kilómetros. Los sismos de agosto ocurrieron a más de 500 kilómetros de distancia; claramente no pueden generar esfuerzos en la región de Mexicali. Finalmente indicó que, si bien el modelo establece que esta ruptura tiene un efecto en la parte sur de la falla de Cerro Prieto, no se puede decir cuándo va a ocurrir otro sismo. “Sabemos que ocurrió un sismo grande en 1892, y luego otro 40 años después, en 1930. ¡Y luego tuvimos que esperar 80 años para que ocurriera el siguiente! Por ello, lo único que podemos afirmar es que esa porción de falla recibió parte de los esfuerzos liberados por el sismo del 4 de abril pasado y que, por lo mismo, hay que tener cuidado, se debe instrumentar y comenzar a monitorearla”, terminó diciendo.