Ensenada, Baja California, a 14 de junio de 2024. Bajo el lema “Alimentos acuícolas azules y verdes: desafíos y oportunidades para una acuicultura sostenible”, el Simposio Internacional sobre Nutrición y Alimentación de Peces –considerado el más importante en el tema– se realizó del 27 al 31 de mayo, en México, por primera vez en Latinoamérica, subrayando el reto de mejorar la acuacultura para alimentar al mundo bajo la economía azul y el cuidado al ambiente.
La acuacultura juega un papel muy importante en la producción de proteína para consumo humano. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) estima que actualmente se producen 110 millones de organismos acuáticos por medio de la acuacultura, que representa más del 50% de los productos consumidos mundialmente, pero hay un déficit de 40 millones de aquí al 2040.
Hay que incrementar la producción, tenemos que seguir creciendo, pero de manera sostenible y amigable con el ambiente. La economía azul reconoce el papel de los mares como fuente de recursos que impulsen el crecimiento económico, pero subraya la importancia de gestionar los recursos eficientemente, restaurar los ecosistemas dañados e innovar para un aprovechamiento sostenible a futuro.
Así lo explica Dr. Juan Pablo Lazo Corvera, investigador y actual jefe del Departamento de Acuicultura del CICESE, quien también fue parte del comité de organización local y del comité científico internacional del Simposio. De México, en estos comités participaron él, la Dra. Teresa Viana, UABC; la Dra. Elizabeth Cruz, UANL, y la Dra. Mayra González y el Dr. Martín Pérez, de la Universidad de Sonora.
El International Symposium on Fish Nutrition and Feeding 2024 reunió a más de 300 participantes, de 37 países, entre ellos, del CICESE, dos investigadores: Juan Pablo Lazo y Misael Rosales Leija, y cinco estudiantes: la recientemente graduada maestra en ciencias Karen Carvajal Soriano, quien recibió un premio por el 3er lugar al mejor poster; la estudiante de doctorado Lorena Gómez Garnica, cuyo trabajo fue seleccionado para presentarlo en la modalidad oral, y Eliasid Nogue, David Valdez y Abelardo Campos, en modalidad poster.
Este simposio internacional, que se celebra cada dos años desde 1984, tuvo como sede Puerto Vallarta, México, en reconocimiento a la calidad de la investigación que se hace en Latinoamérica, considera Juan Pablo Lazo. Agrupó a investigadores, estudiantes, académicos y productores asociados a la alimentación y nutrición acuícola.
Como en todo congreso, los interesados en participar enviaron sus propuestas. Los 180 resúmenes recibidos fueron evaluados por el comité científico para determinar qué trabajos se presentaban en poster o presentación oral.
La presentación oral en inglés de Lorena Gómez Garnica, doctorante del CICESE, consistió en evaluar la inclusión de carbohidratos como fuente de energía barata en las dietas destinadas a la lobina rayada (Morone saxatilis), bajo condiciones de cultivo similares a la bahía de Todos Santos.
Karen Carvajal, cuyo poster obtuvo el tercer lugar en su categoría, habló de su tesis de maestría “Efecto de la sustitución de harina de pescado por harina de insecto (Hermetia illucens y Acheta domesticus) en el desempeño biológico, digestibilidad, actividad enzimática y perfil de ácidos grasos de juveniles de Totoaba macdonaldi”. Karen trabajó con harina de mosca soldado y harina de grillo, y las evaluó en las dietas de totoaba juveniles.
Es una investigación muy útil, dice Juan Pablo Lazo, ya que ambos tienen un alto contenido proteico, pero hay mucho por hacer, ya que –por citar un dato– los insectos tienen quitina en el exoesqueleto, que no es muy digerible para los organismos marinos. En este trabajo funcionó como mejor ingrediente la mosca que el grillo, pero la investigación todavía tiene un alto potencial.
Este tipo de harinas alternativas ya se han probado con buenos resultados en otros países europeos y Estados Unidos. En México, hay mucho trabajo por delante. El proceso es relativamente fácil de producir. Afortunadamente, continúa Juan Pablo Lazo, en el CICESE el posdoctorante David Schneider quiere producir alimento biofertilizante utilizando los desperdicios de la industria vinícola y cervecera.
En el Laboratorio Alimentación y Nutrición del Departamento de Acuicultura del CICESE se trabaja intensivamente en el cultivo de lobina rayada. “Ensenada es el único lugar en el mundo donde se cultiva la lobina rayada en agua de mar, es una especie loable y tiene mucho potencial para poner a México en el panorama del cultivo de los peces marinos”, comenta Juan Pablo Lazo.
El foco está en la propuesta de dietas ligadas a las condiciones locales; el reto es que los organismos crezcan mejor, estimular su sistema inmune y su apetito. En el Pacífico norte, la lobina rayada se cultiva a temperaturas más bajas de lo óptimo para la especie. Los peces no regulan su temperatura; si el agua está fría, el pez también; si el agua está calientita, el metabolismo del organismo se acelera y crece mejor; en temperaturas frías, el pez no quiere comer tanto y, por lo tanto, no crecen bien, explica el investigador.
Un aspecto relevante del International Symposium on Fish Nutrition and Feeding 2024 fue la participación de productores de alimentos acuícolas que venden ingredientes y aditivos, entre otros insumos. El encuentro favorece la colaboración entre la industria y la academia. Entre otros proveedores, en el simposio participó The North American Renderers Association (NARA), fundada en 1933.
NARA es una organización profesional de renderizado, cuyo proceso consiste en el uso de subproductos, de desperdicios de alimentos –por ejemplo, ciertas grasas, huesos, plumas de pollo, etc.–, para desarrollar nuevos productos sostenibles y, además, reducir el desperdicio general de alimentos.
“NARA es una propuesta interesantísima y muy en boga. Para la nutrición acuícola se quiere utilizar el subproducto de otras industrias para hacer harina e incorporarla a las dietas en la acuicultura, para reemplazar la harina de pescado que no es sostenible. En la actualidad, el desafío principal es la sostenibilidad impulsando la cultura de una economía circular”, finaliza Juan Pablo Lazo.