Ensenada, Baja California, a 5 de julio de 2024. Investigadoras y estudiantes del Laboratorio de Fitopatología del CICESE, especializado en patógenos que ocasionan enfermedades en cultivos de importancia agrícola, lograron identificar las cepas de hongos más agresivas presentes en árboles de naranja valencia de Hermosillo, Sonora.
La doctora Rufina Hernández Martínez, investigadora del Departamento de Microbiología del CICESE, explicó que las cepas identificadas, Lasiodiplodia iraniensis y Lasiodiplodia subglobosa, son capaces de provocar en los árboles la enfermedad conocida como muerte regresiva o muerte descendente.
Esta enfermedad es ocasionada por hongos que penetran principalmente por heridas de poda. Si logran establecerse, los hongos invaden a la planta a través de los tejidos conocidos como xilema, que son equivalentes a las venas de las plantas, ahí crecen y se extienden de arriba hacia abajo.
Esta problemática generó preocupación y pérdidas entre productores de naranja valencia de Hermosillo, Sonora, y la iniciativa de un nuevo proyecto de investigación con la Dra. Rufina Hernández, con quien ya habían colaborado productores sonorenses de nogal y vid.
Para iniciar el estudio, en febrero de 2023, los productores sonorenses, a través de la Junta Local de Sanidad Vegetal de Hermosillo, enviaron ramas procedentes de 42 huertas, seleccionadas de 58 puntos. En cada punto se tomaron de siete a 10 ramas, por lo que el laboratorio recibió más de 500 ramas con síntomas de la presencia de hongos.
Además de la Dra. Rufina Hernández, el equipo de este proyecto está integrado por Paola Rocha López, estudiante de la maestría en Ciencias de la Vida, y las doctoras Luz América Cordoba Castro y Edelweiss Rangel Montoya, investigadoras posdoctorales.
De las ramas recibidas se tomaron trozos y para obtener los hongos presentes las investigadoras los pusieron en medios de cultivo hasta obtener cultivos puros, los cuales caracterizaron e identificaron para saber de qué hongos se trataba.
En total, el equipo aisló alrededor de 300 cepas de hongos y de ahí seleccionaron aproximadamente 170 para caracterizarlos molecularmente. Después la cantidad se redujo a 70 para hacer un análisis microscópico más profundo.
A este trabajo en laboratorio se suman los experimentos en invernadero donde observaron cómo avanza el hongo dentro de la planta y qué tipo de lesión causa.
La Dra. Rufina Hernández detalló que actualmente estos experimentos en invernadero continúan, ahora con el propósito de desarrollar estrategias de control biológico de las dos cepas de hongo identificadas.
Apuntó que hay una tendencia a nivel mundial en el uso de organismos de control biológico, que pueden consistir en bacterias o en hongos benéficos, que detienen el crecimiento de los patógenos.
Abundó que los organismos de control biológico ofrecen ventajas sobre los fungicidas, ya que se establecen en la planta y persisten por más tiempo, además de que se reduce el daño ecológico en comparación con fungicidas.
“Nuestra idea —subrayó— es que podamos proveer al productor de una alternativa económicamente viable y ecológicamente sustentable para el control de los organismos que provocan estas enfermedades”