Ensenada, Baja California, México, 9 de enero de 2015. Con el fin de fomentar una nueva ventana de turismo, así como la conservación de especies marinas locales, el fomento a la educación ambiental, la investigación oceanográfica, la proyección de actividades turísticas en tierra y mar, así como promover derrama económica local, se creará un arrecife artificial para practicar buceo libre en Playas de Rosarito. El sustrato y nuevo parque submarino será el casco de la patrulla oceánica Uribe 121, que durante años sirvió a la Marina Armada de México.
Para su creación se requieren estudios oceanográficos de corrientes, oleaje, profundidad y tipos de sustrato, entre otros, siendo el CICESE la institución que lideró las investigaciones.
El proyecto fue gestado e impulsado por la Asociación de Buzos de Baja California A.C., quienes en seis años han buscado colaboraciones con este centro de investigación, con el gobierno de Baja California, el gobierno municipal de Playas de Rosarito, el Consejo Consultivo de Desarrollo Económico (CCDER) y la Secretaría de Marina.
Un arrecife artificial es un sustrato marino sólido aportado por los seres humanos que imita las características de los arrecifes naturales; su objetivo es que crezca en él un ecosistema arrecifal (tipo colonia) que provea vida marina abundante y diversa, dado que las especies lo toman como sitio de asentamiento y hábitat, creando redes de alimentación o tróficas que le dan soporte durante muchos años y fomentan la biodiversidad marina.
Estos ecosistemas contribuyen en la recreación, ya que es posible visitarlo con snorkel o buceo libre deportivo, Con ello, desarrollan la economía local, promueven servicios y productos que atraen a la sociedad nacional y extranjera. También incrementan el conocimiento científico en diversas ramas de la oceanografía física, biológica y la ecología.
Para las costas de la península de Baja California, los antecedentes sobre arrecifes artificiales se remontan al hundimiento de dos barcos de origen chino, el Fang Ming y el Lapas N03, en 1999 en La Paz, Baja California Sur. Pronatura Noroeste A. C. promovió esta actividad, y el Dr. Luis Gustavo Álvarez Sánchez, investigador del Departamento de Oceanografía Física del CICESE, participó en las investigaciones previas al hundimiento. En esos barcos los primeros asentamientos fueron de corales y almejas. Tres años después ya había fauna grande, como peces, erizos y gorgonidos; para 2004 se tenían comunidades de organismos bien establecidos.
Para crear el arrecife es preciso alinear los requisitos legales que México y la comunidad internacional establecen en materia ambiental y de seguridad. Los estudios oceanográficos realizados por el CICESE respaldan la creación del arrecife en el lugar indicado y son indispensables para que los documentos oficiales puedan presentarse por el organismo proponente, en este caso Arrecifes Artificiales de Baja California A. C.
Por tres años se hicieron estudios sobre la dinámica sedimentaria, oleaje, la fuerza de las corrientes y los tipos de sustrato, pues resultan indispensable para ubicar el lugar exacto, profundidad y orientación de la posición del casco después del hundimiento.
Inicialmente el Dr. Álvarez y el M.C. Cuauhtémoc Nava, también académico del CICESE, evaluaron lugares desde la frontera entre México y Estados Unidos por la costa hasta Ensenada, reconociendo profundidades como primer criterio. El segundo, los buzos de Tijuana y Rosarito buscaban un lugar seguro, con fondos oceánicos adecuados, cercanos a ciertas instalaciones turísticas necesarias, aunado a las condiciones de desarrollo potencial de la región. Así, empataron los criterios científicos con las necesidades de los buzos y eligieron dos sitios potenciales.
Uno cercano a las Islas Coronado, pero quedaba un poco lejano y hay tráfico de embarcaciones mayores –comenta el Dr. Álvarez–, por lo que se descartó esa localidad. La segunda opción fue la bahía de Descanso, cercano al Ejido Primo Tapia, Cantamar y Puerto Nuevo, en Playas de Rosarito. Se trata de una bahía abierta de 16 kilómetros de largo, donde ya se realizan actividades de buceo desde antaño, y cumple con los requisitos de oceanografía física requeridos, por lo que fue la zona determinada para hundir el barco. El sitio se ubicará entre 20 y 30 metros de profundidad con respecto al nivel del mar y a unos 2 km de la costa.
Los costos para hacer los estudios oceanográficos han sido absorbidos por el CICESE, por la Fundación Arrecifes Artificiales de B.C., y por el Consejo Consultivo de Desarrollo Económico de Playas de Rosarito. El gobierno municipal de Playas de Rosarito contribuyó con los gastos de traslado del barco desde Manzanillo, Colima hasta el puerto de Ensenada, donde actualmente se realiza el proceso de limpieza, desechando todo lo que pueda constituir una amenaza para el ambiente y para la seguridad de los buzos. Además se realizan aperturas o ventanas, que son espacios amplios para que los buzos siempre vean la luz del día desde cualquier lugar de la inmersión y puedan encontrar salida tranquilamente.
Respecto a los estudios oceanográficos queda pendiente la caracterización de la temporada invernal. Además falta realizar estudios de impacto ambiental, climatología, transformación de oleaje, perfiles de turbidez, hidrología y mezcla horizontal, reparación pre-hundimiento, permisos para hundir el barco, concesión federal marítima y estudios de medios bióticos, así como concluir la limpieza general del casco. La inversión faltante asciende a más de 6 millones 734 mil pesos.