Ensenada, Baja California, México, 23 de diciembre de 2017. La primera boya oceanográfica y de meteorología marina (BOMM) construida completamente en el CICESE y dotada con un módulo de electrónica desarrollado también en este centro de investigación, se instaló contiguo a las islas Todos Santos, cerca de Ensenada.
Con esta instalación se inició un periodo de pruebas que podría extenderse hasta el mes de marzo 2018, y que a su vez servirá para evaluar el funcionamiento de cinco boyas más que serán ensambladas en la primera mitad del mismo año. El sitio de pruebas se pretende señalizar como un punto de observación oceanográfica permanente.
Esto lo informó el Dr. Reginaldo Durazo, investigador de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC y participante del Consorcio de Investigación del golfo de México (CIGOM), quien señaló que estas mega boyas, junto con otras ocho de menor tamaño conocidas como boyas oceanográficas costeras –BOC– que también se construyeron en el taller de Metalmecánica del CICESE, forman parte de una red de observatorios marinos que se instalará en el golfo de México dentro del proyecto de investigación que forma parte de este consorcio, y cuyo líder es el Dr. Francisco J. Ocampo Torres, investigador del CICESE.
Las BOMM son boyas que miden 14 metros de longitud total. En la parte sumergida estas estructuras tienen acoplados diferentes sensores para detectar variables ambientales como temperatura y salinidad, oxígeno disuelto, pH, presión parcial de CO2 en el agua, espectro direccional del oleaje y corrientes, entre otros. En la parte emergida (seca) cuenta con una estación meteorológica y un anemómetro sónico, además del sensor de CO2. El sistema es totalmente autónomo y de larga vida ya que continuamente recarga baterías por medio de paneles solares y un generador eólico. En total se construyeron seis BOMM en el taller de Metalmecánica del CICESE.
En este centro de investigación también se desarrolló el módulo de electrónica que hace operables todos los sistemas. El Dr. Durazo explicó que este módulo consiste por un lado de un cilindro de unos 30 centímetros de diámetro que contiene discos duros, la computadora de a bordo y el sistema de comunicación satelital, y por otro una caja unión donde se reciben los cables que conectan todos los sensores con la electrónica. Se trata de un desarrollo que será patentado en breve y que abarca el diseño, la programación, la configuración de los sensores, el almacenamiento de la información, el diagnóstico de funcionamiento, estado de salud de las baterías, etc. La electrónica y programación incluyen los protocolos de transferencia de datos de manera inmediata hacia la estación terrena localizada en el CICESE.
La maniobra con la que se instaló la BOMM-1 en su sitio de pruebas fue utilizando una embarcación menor del CICESE denominada Rigel. La boya está diseñada para soportar velocidades de la corriente de 1 o 2 metros por segundo, velocidades típicas en el Golfo de México, explicó el Dr. Durazo. La boya se transportó del CICESE al puerto por tierra, se bajó al agua con una grúa y se enganchó a la Rigel, que navegó de noche arrastrándola a uno y medio o dos nudos de velocidad. En alrededor de cinco horas se llegó al punto aledaño a las islas Todos Santos, se amarró a una boya de marcación que ya se tenía ahí, y listo. Ahora mismo la boya está funcionando y transmitiendo datos cada hora.
Como ya se tienen las otras estructuras terminadas, en este momento ya se está armando la segunda boya. “El grupo técnico en electrónica ya está incorporando los sensores a sus módulos de electrónica. El plan es que entre enero y marzo 2018 se va a realizar la misma maniobra, pero con la BOMM-2: ponerla en el agua en el muelle de cabotaje, remolcarla hacia la isla, y una vez allá, desprender la BOMM-1 y enganchar la BOMM-2. La BOMM-1 será trasladada al puerto y luego a CICESE, y prepararla para que quede lista para transportarla al golfo de México. Esta maniobra se repetirá hasta la BOMM-6”, indicó el Dr. Durazo.
Con este trabajo se espera que cada una de estas boyas tenga un periodo de pruebas de uno a dos meses en el punto cercano a las islas Todos Santos. Por ello, “estamos solicitando a la Dirección General de Capitanías de Puerto que considere ese sitio como un punto de observación permanente, para que pueda ser registrado por la capitanía local y se puedan emitir los avisos para facilitar la navegación. Con los avisos de capitanía podrá aparecer en las pantallas de radar de los barcos un punto que se identifique como ‘boya oceanográfica’ y puedan esquivarla. También, cualquier embarcación turística o de pesca equipada con GPS o un sistema de navegación podrá ver que en ese punto hay una boya oceanográfica”.
Pero no son las únicas boyas que se estarán usando. Se utilizarán también hasta 8 BOC que, por su menor tamaño, son ideales para ser colocadas más cercanas a la costa en el Golfo de México. De hecho, el plan original contemplaba instalar 10, y las primeras ya se habían colocado allá. “Tuvimos problemas serios de vandalismo. Una de ellas duró menos de un día. Le extrajeron las celdas solares, rompieron el cilindro de electrónica, se inundó, se echó a perder el disco duro de electrónica, todo. En otras hasta los sensores se llevaron. Las boyas que habían sido ya instaladas en el Golfo de México se retiraron y están siendo restauradas”.
Al igual que con las BOMM frente a las islas Todos Santos, se tiene contemplado periodos de prueba de todas las BOC frente a Punta Morro. Como son más pequeñas, “las podríamos transportar en una embarcación menor. Pasarían un periodo de pruebas transmitiendo datos antes de removerla y colocar la siguiente, y así sucesivamente. La meta es tener dos puntos de pruebas permanentes en Ensenada: uno en las islas de Todos Santos y otro frente a Punta Morro, previo a la transportación de los sistemas hacia el golfo”.
Para más información, consulte: http://bit.ly/2CAVqRb