80/2018 Entregaron el premio “B. O. Dodge 2018” a investigadores del Departamento de Microbiología del CICESE

Ensenada, Baja California, México, 1 de noviembre de 2018. “Lo que han hecho es ciencia de primera. Punto”. Así de contundente es el Dr. Salomón Bartnicki cuando trata de calificar el trabajo de sus colegas, las doctoras Ernestina Castro, Rosa Mouriño y Meritxell Riquelme, del Departamento de Microbiología del CICESE, luego de que juntos, los cuatro, ganaron el “Premio B.O. Dodge 2018” por sus excepcionales contribuciones al estudio del hongo Neurospora crassa.

El “Premio B.O. Dodge” es el máximo reconocimiento que otorga la comunidad académica internacional dedicada a estudiar este hongo filamentoso, y les fue entregado el 20 de octubre en la reunión “Neurospora 2018” celebrada en el complejo Asilomar, cerca de Pacific Grove, California.

Entre colegas de numerosos países, Barry Bowman, a nombre del Comité de Políticas de la comunidad de Neurospora enfatizó el desarrollo que ha tenido el grupo del CICESE alrededor de la figura de Salomón Bartnicki, luego de su repatriación (en el 2000) tras una destacada carrera académica forjada en la Universidad de California en Riverside. Destacó la cantidad y calidad de las reuniones académicas que han organizado estos años en el CICESE, la gente que han formado y la cantidad de artículos conjuntos que han generado. Por todo ello, consideró que se trata de uno de los mejores grupos que estudian Neurospora a nivel mundial.

Al recibir el premio, el doctor Salomón Bartnicki enumeró los factores que contribuyeron al éxito (grande o modesto) de este núcleo académico.

• La contratación de un profesorado talentoso y dedicado a la investigación.

• La disponibilidad de estudiantes que provienen del país y el extranjero, y de becas por parte del CONACYT para sustentar sus estudios.

• La colaboración internacional con colegas de Estados Unidos. Esto ha sido posible por la cercanía de este centro de investigación con la frontera y al hecho de que cinco campus de la Universidad de California y el propio CICESE se localizan en un círculo de apenas 180 millas.

• La adquisición de equipo de avanzada gracias a financiación adecuada. Con esto se refiere a que el CONACYT, como parte de su repatriación le entregó un millón de dólares. Este dinero sirvió para adquirir un microscopio confocal y uno electrónico. “Las investigadoras decidieron tomar ventaja de esos microscopios e hicieron maravillas”.

• Las bondades de Neurospora crassa para hacer investigación, manipulaciones moleculares y para hacer microscopía avanzada. Destacó que en poco más de 15 años han publicado 52 artículos, graduado 20 maestros y 8 doctores en ciencias, y han participado con 369 ponencias en congresos alrededor del mundo (30 en Asilomar) solo con investigaciones sobre Neurospora.

Otro aspecto que destaca es la colaboración que el Departamento de Microbiología del CICESE mantiene con investigadores alemanes, la cual comenzó en 2008 avalada por la Fundación Alemana de Investigación Científica (DFG) y el CONACYT, y que continúa vigente y productiva.

¿Por qué es importante Neurospora crassa como organismo modelo para hacer investigación? Salomón Bartnicki explicó que es ideal para trabajar en el laboratorio “porque su genética se conoce muy bien y se manipula fácilmente; se hacen cruces, mutaciones y se conoce toda su secuencia de DNA. Investigadores de todo el mundo lo utilizan con un éxito grandísimo”.

En el caso del grupo integrado por Bartnicki, Castro, Mouriño y Riquelme, una parte importante de su trabajo implicó la generación y uso de cepas de Neurospora crassa que expresan una amplia variedad de proteínas con etiquetas fluorescentes para iluminar o elucidar aspectos clave del crecimiento apical, polarización de la síntesis de la pared celular, estructura del Spitzenkörper, vía secretora, organización y papel de los citoesqueletos microtubulares y de actina, migración nuclear, septación, endocitosis, exocitosis y ritmo circadiano, entre otros aspectos.

A nivel personal, la doctora Ernestina Castro expresó: “Recibir este premio es algo muy significativo para mí ya que es un honor y una gran satisfacción que nuestros pares académicos internacionales reconozcan el nivel y calidad de la investigación que hemos realizado a lo largo de estos años en el Departamento de Microbiología del CICESE. Sobre todo si consideramos lo competitivo de la investigación que se realiza en el campo de la biología celular y molecular de los hongos, lo cual ha sido uno de los retos más grandes en mi vida”.

Para la doctora Meritxell Riquelme este premio significa “una enorme satisfacción y alegría por el reconocimiento a nivel internacional del trabajo que estamos haciendo en investigación básica con Neurospora crassa. Es también una inyección de energía para seguir formando estudiantes y seguir publicando artículos y capítulos de libro que dejen huella, así como una oportunidad para seguir dando a conocer a nivel nacional e internacional lo que hacemos en nuestra respetada institución”.

Por su parte, la doctora Rosa Mouriño considera que este premio “representa un logro personal y como grupo. En términos personales es un honor ser reconocida en un área que originalmente no era la mía; esto significa que los esfuerzos realizados en un campo que apenas hace algunos años desconocía, dan frutos. A nivel de grupo representa la armonía, el apoyo y la complementariedad que ha existido entre mis compañeras y compañeros del departamento. Afortunadamente, la comunidad de Neurospora está valorando las contribuciones que hemos hecho, que no son pocas, y que han sido gracias a todos los colaboradores, estudiantes de licenciatura y posgrado, posdoctorales y técnicos que han sido parte de nuestro equipo de trabajo”.

El “Premio B.O. Dodge” se instituyó en 2006, año en que lo concedieron a Gloria Turner y Dick Weiss. Se entregó también en 2008 y en 2010, pero desde entonces no lo habían asignado a ningún científico, hasta ahora, que lo otorgan a este cuerpo académico del CICESE. El galardón, uno para cada investigador, consiste en un bloque circular de cristal en tono azul, donde destaca el grabado: “Por sus contribuciones excepcionales a la comunidad de investigación de Neurospora”.