Ensenada, Baja California, México, 25 de enero de 2019. Baja California es el estado con mayor riqueza de especies de mamíferos marinos del país, pero su estudio -en comparación con sus familiares terrestres- se dificulta porque la mayoría pasan gran parte del tiempo bajo el agua. Aún así, se han realizado estudios sistemáticos sobre su distribución geográfica, variación temporal y abundancia con el fin de conocer mejor a las diferentes especies que habitan la costa occidental de la península.
“Mamíferos marinos en Baja California, bases científicas para su conservación”, es un estudio liderado por la Dra. Gisela Heckel, investigadora del CICESE, que se desarrolla en el Centro de Mexicano de Innovación en Energía del Océano (CEMIE-Océano).
Este centro está evaluando el potencial generador de energía eléctrica del oleaje, corrientes y mareas marinas, gradiente salino y térmico a nivel nacional. Pero en el caso de la generación de energía a partir de corrientes, invariablemente se deberán instalar dispositivos en el mar. Por ello es de suma importancia saber concretamente si la instalación de esas plantas generadoras de electricidad afectarán la distribución y abundancia de los mamíferos marinos.
Resulta necesario investigar sobre la biología y ecología marina con un enfoque aplicado a la conservación, además de identificar problemas donde hay perturbación humana en el medio ambiente, determinar cómo esto puede afectar a los mamíferos marinos y cómo se puede mitigar el efecto o incluso evitarlo.
Para ello, la Dra. Gisela Heckel, quien está adscrita al Departamento de Biología de la Conservación del CICESE, hizo primero una revisión bibliográfica muy amplia y profunda de todo lo que se sabe sobre la distribución y abundancia de todas las especies de mamíferos marinos en México. Posteriormente creó un atlas donde se citan artículos científicos, tesis, resúmenes de congresos, entre otros. Este material se encuentra disponible en la página del CEMIE-Océano para su descarga gratuita.
Parte de los resultados que arrojó esta revisión bibliográfica fue que Baja California es la zona menos estudiada en cuanto a diversidad, abundancia y distribución. Por ello desde 2017 se está estudiando la distribución y abundancia de mamíferos marinos en la costa occidental de la península de Baja California.
La doctora Heckel explicó que para obtener estos datos se realizaron vuelos en cada estación del año a lo largo de la península, en transectos en “zig-zag” hasta 30 km de distancia de la costa. En estos vuelos se recopilan avistamientos y se toman fotografías. Con base en ellas se hace un conteo para obtener una estimación de abundancia de todas las especies que se hayan logrado captar. Así se ha podido tener continuidad y se ha visto cómo varia la abundancia a lo largo de los años.
De las especies de mamíferos marinos en México, 95% se encuentran en costas y mares de Baja California. Aquí habitan focas, lobos y nutrias marinas, así como cetáceos: misticetos (con barbas) y odontocetos (que tienen dientes). En el Golfo de California se pueden encontrar la vaquita marina, orca Calderón de aletas cortas, delfín de Risso, zifio de Cuvier y cachalote.
En la península, ya sea en la porción del Golfo de California o en el Pacífico, se pueden encontrar ocho especies de misticetos: rorcual tropical, ballena minke, ballena azul, ballena gris, ballena jorobada, rorcual común, rorcual de sei y la ballena franca del norte, siendo, de ellas, la ballena gris el centro de atención.
Cada año la ballena gris emprende un viaje de 10 mil kilómetros desde las aguas del océano Ártico hasta los mares de Baja California, más precisamente a las lagunas costeras localizadas a media península, con el fin de encontrar mejores condiciones para la reproducción y la crecimiento en los primeros meses de vida de sus crías. Estos cetáceos nadan de día y de noche en una viaje que les toma alrededor de cuatro meses. Por ello de diciembre a abril es temporada de avistamiento de ballenas grises en Baja California.
Como servicio turístico, existen viajes para la observación de estas especies. Estas actividades pueden llegar a afectar la dirección de nado y la velocidad de las ballenas, sobre todo cuando las embarcaciones se acercan de frente. Por esa razón estas actividades turísticas están reguladas por la Norma Oficial Mexicana (NOM-131-SEMARNAT-2010) que procura mitigar cualquier efecto que pudieran tener, como lo sería el caso de embarcaciones que se acercan de frente y no por un lado o por detrás, como dicta la norma.
Pero no es la única migración que recibimos. También en invierno llega la ballena azul y la ballena jorobada a las aguas del Golfo de California, así como delfines, lobos marinos y focas en las áreas de observación.
“Hay que hacer notar que los mamíferos marinos son especies carismáticas que despiertan la fascinación en las personas. Esto hace que cualquier perturbación humana hacia ellos o su ecosistema llame la atención de las personas e incluso los gobiernos. Siempre que hay una afectación a mamíferos marinos los ojos del público están atentos, y los gobernantes deben tomar acciones a corto plazo para evitar que los humanos afectemos a estas especies y su entorno”, comenta Gisela Heckel.
Por otro lado, además de la intervención humana uno de los aspectos que más ha llegado a afectar a los mamíferos marinos es el calentamiento global. Específicamente en el caso de la ballena gris, el cambio climático ha llegado a perjudicar de forma considerable su alimentación, y ya se han presentado varamientos de crías y adultos enfermos. Aunque esto es relativamente normal que suceda, pues cuando se presenta el fenómeno de “El Niño” el número de ballenas varadas incrementa.
México se ha comprometido con la conservación de estas especies por medio de leyes, programas y acciones concretas. Aún falta mucho por conocer sobre la ecología, distribución y abundancia de los mamíferos marinos, pero con trabajo de campo y más investigación se busca ayudar al cuidado y conservación de estas especies, no solo en Baja California, sino en todo México, concluyó la doctora Heckel.