43/2019 Temporada de huracanes 2019: lo que viene

Ensenada, Baja California, México, 21 de junio de 2019. Mayor a los 15 que se tienen como promedio por temporada en el Pacífico, y muy cerca del promedio (11) en el Atlántico. Así se espera la temporada de huracanes en los litorales mexicanos que recién está comenzando, según informó el doctor Luis Manuel Farfán Molina, investigador del CICESE destacado en La Paz, Baja California Sur, y uno de los pocos especialistas que tiene México en este tema.

Al hacer un balance de cómo fue la temporada en 2018, dijo que fue un año activo en la porción del Pacífico que está frente a las costas de México. “Hubo un total de 22 ciclones tropicales el año pasado. El promedio histórico es alrededor de 15, entonces hubo un poco más que lo normal: 7 más. Esto lo usamos para darnos una idea si la temporada fue activa o qué tan diferente se presentó respecto a lo normal.

“En el océano Atlántico, que para nuestro caso es frente a las costas del Caribe y el Golfo de México, ahí la temporada tuvo menos ciclones tropicales que en el Pacífico: hubo un total de 15, pero ninguno de ellos tocó tierra por México”. Sin embargo, 3 ó 4 sí tocaron tierra por Estados Unidos, mientras que de los 22 que hubo en el Pacífico, 3 ó 4 entraron por México, incluida no solamente la porción sur de la península de Baja California, sino también el norte, con el ciclón tropical “Rosa”, a finales de septiembre y principios de octubre.

El Dr. Farfán aclaró que cada año la temporada de huracanes no tiene una fecha fija de inicio o de terminación, “pero en general en los últimos 30 o 40 años la mayor parte de los ciclones inician en mayo en el océano Pacifico, quizá del 15 de mayo en adelante, y en el Atlántico la tendencia es que comiencen a partir del primero de junio. Pero este año no ha sido así. El primer ciclón bien formado e intenso que puede recibir nombre, que será “Alvin” (en el Pacífico), no se ha presentado en esta temporada”.

Dijo también que es muy difícil saber si en esta temporada algún huracán podría tocar tierra en la península de Baja California. “La probabilidad más alta de que eso ocurra es al principio de la temporada o hacia el final, como en septiembre u octubre, porque en ambos casos la dirección del viento a 5 ó 6 kilómetros de altura tiene una componente del océano Pacífico hacia el continente. En consecuencia, habría una mayor probabilidad de que si está presente un ciclón pudiera desviarse y acercarse un poco más a las costas de México.

Respecto a la instrumentación que se utiliza hoy en día para monitorear estos sistemas, dijo que la mayor parte de los monitoreos que se hacen a nivel mundial son a través de satélites. “Hay un tipo especial de satélites que se llaman geoestacionarios, que siguen el movimiento de la Tierra y aparentan ver siempre en el mismo lugar. En otras regiones se utilizan radares para detectar zonas de lluvias intensas, y también se pueden utilizar estaciones meteorológicas; éstas pueden estar en el continente, como en aeropuertos en ciudades grandes, o bien en barcos. Los reportes de barcos son muy útiles porque los ciclones tropicales la mayor parte del tiempo están sobre el mar y ahí no hay estaciones meteorológicas normales. Estos barcos, que normalmente son grandes barcos de carga, pueden reportar el viento, la temperatura superficial del mar y otras variables. Con eso se compila la información y se determina la presencia e intensidad de los ciclones tropicales. También hay boyas, que no se mueven, pero son pocas comparadas con la superficie total de los océanos”.

Respecto a cómo se realiza este monitoreo en el CICESE, indicó: “Nosotros no tenemos ningún satélite ni radares adicionales a los que ya existen. Usamos imágenes de satélite que son libres, gratuitas. Los satélites son propiedad del gobierno de Estados Unidos y hay dos nada más. Lo que sí varía es cómo tenemos acceso a los datos, en qué formato o en qué versión. Hay versiones que solamente presenta la imagen, la fotografía, la figura, y no le puedes hacer nada, solo utilizarla. Nosotros tenemos acceso directo a una versión de las imágenes de satélite por medio de un grupo de universidades norteamericanas que transmiten por internet en tiempo real. De esa manera cada 15 minutos tenemos una imagen actualizada de la península. Las imágenes básicamente van a detectar las regiones de nubosidad y en algunos casos la distribución de humedad en la atmósfera, que es importante para el desarrollo de estos eventos. Integramos esa información de satélite y los reportes que elabora el Centro Nacional de Huracanes en nuestro sitio de internet (https://met-bcs.cicese.mx) o para propósitos específicos de investigación”.

Ensenada es el puerto más norteño de México. Se localiza a casi 32 grados de latitud norte, por lo que muchos habitantes tienen la percepción de que aquí no llegan estos sistemas, por ser tropicales. Sin embargo, el 2 de octubre de 2018 el huracán “Rosa” (disminuida su intensidad) tocó tierra a menos de 200 kilómetros de esta localidad.

“¿Fue por el cambio climático? Es difícil saberlo porque podrían combinarse varios elementos. Pienso que lo más razonable, al menos como observadores, es no decir que es por el cambio climático que están llegando más al norte. De hecho ya ha pasado antes. No pasa cada temporada pero no es algo nuevo. Algunas condiciones de la atmósfera (viento, humedad y temperatura) y del océano permiten que avancen un poco más hacia el norte”.

El año pasado, el doctor Farfán Molina señaló que históricamente un total de ocho huracanes han tocado tierra al norte de la península de Baja California y han seguido trayectorias cercanas (a 200 km o menos) a la ciudad de Ensenada. Antes de “Rosa”, el último que siguió una trayectoria similar fue el huracán “Nora” a finales de septiembre de 1997 (hace casi 22 años).

De acuerdo a una base de datos de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, entre 1950 y 2017 han pasado ocho ciclones tropicales dentro de un radio de 200 km alrededor de Ensenada. Los dos primeros no tienen nombre porque antes de 1963 los ciclones no seguían la secuencia de nombres que hay ahora. Se trata de eventos que ocurrieron en agosto (24 al 29) de 1951 y en septiembre (4 al 11) de 1959. “Jen-Kath” se presentó en septiembre (9 al 18) de 1963; “Emily” (30 de agosto al 6 de septiembre) en 1965; “Hyacinth” (28 de agosto al 7 de septiembre) en 1972; “Kathleen” en septiembre (7 al 11) de 1976; “Doreen” en agosto (13 al 18) de 1977 y “Nora” en septiembre (16 al 26) de 1997.