Ensenada, Baja California, México, 20 de marzo de 2020. Un estudio exploratorio realizado por el Laboratorio Especializado en Metabolómica y Proteómica (MetPro) del CICESE en puertas, manijas, botones de elevadores y otras superficies que tocamos comúnmente, detectó más de 10 mil compuestos orgánicos o metabolitos en total, demostrando así que estos objetos son vectores de contaminación cruzada de virus, bacterias, hongos y compuestos tóxicos.
El estudio fue realizado por estudiantes de posgrado del CICESE dirigidos por el doctor Aldo Moreno Ulloa, investigador del Departamento de Innovación Biomédica de este centro y responsable del laboratorio MetPro, quien señaló que tuvo como premisa contestar la pregunta ¿por qué es necesario limpiar y desinfectar los objetos que se tocan comunitariamente?
La respuesta es clara, precisa y concisa: las manijas de puertas, superficies de mesas y escritorios, equipos electrónicos, botones de elevadores, andadores de trenes y de camiones, entre otros, albergan una gran cantidad de compuestos químicos que pudiesen contribuir a una contaminación cruzada y, por lo tanto, infecciones.
Para demostrarlo, agregó, desarrollamos un estudio exploratorio en el CICESE, específicamente en el edificio que alberga este departamento académico, el cual consistió en un análisis metabolómico no dirigido de muestras tomadas —con un hisopo de algodón especial— en nueve puntos de contacto comunitario del edificio. El muestreo se llevó a cabo el 4 de marzo de 2020.
Una vez recolectadas las muestras, se procesaron expeditamente para su análisis por cromatografía de líquidos acoplada a espectrometría de masas de alta resolución, empleando la quimioinformática (uso de softwares especializados).
“En nuestro análisis pudimos detectar más de 10 mil compuestos orgánicos o metabolitos en total. Para tratar de comprender el tipo de metabolitos detectados procedimos a clasificarlos químicamente y los organizamos en grupos basados en similitudes entre sus estructuras químicas. Es decir, que si dos compuestos presentan una semejanza estructural se muestran unidos por una línea. La clasificación química de los grupos de metabolitos nos sugiere una gran diversidad química que va desde lípidos hasta compuestos organosulfurados.
“Aunque no se muestra en este reporte, un análisis más detallado sugiere la presencia de compuestos provenientes de bacterias, cosméticos, plantas, plásticos y otros. También pudimos observar diferencias en la presencia y abundancia de ciertos metabolitos en los distintos lugares muestreos”.
La interpretación global de estos resultados sugiere que estos puntos de contacto albergan una gran cantidad de compuestos químicos que pudiesen contribuir a una contaminación cruzada y, por lo tanto, infecciones.
El objetivo de este estudio es concientizar a las autoridades y la población en general de la importancia de limpiar y desinfectar los objetos de contacto comunitario como medida de prevención de enfermedades, aunado a las medidas de lavado de manos y de higiene ya conocidas.
El doctor Moreno Ulloa dijo que en estos momentos de la pandemia COVID-19, “existe un gran énfasis en ciertas medidas de prevención, pero se está omitiendo la importancia de la limpieza y desinfección de los sitios de contacto comunitario, que desempeñan un papel relevante en la diseminación de patógenos y compuestos tóxicos, como lo sugiere este estudio novedoso y especializado”.
Dijo que debemos reducir al máximo las probabilidades de contagio siguiendo las recomendaciones emitidas por la Secretaria de Salud, “pero la limpieza de nuestro entorno debe ser también una medida preventiva”.
Como anécdota, relató que viendo las noticias, observó personas de la Ciudad de México con cubre bocas en un vagón del metro, pero tocando sin preocupación los pasamanos. “Aunque la limpieza de manos puede prevenir la introducción del virus al cuerpo, podemos disminuir aún más la probabilidad de contagio siguiendo esta simple acción de limpieza focal”.
Cabe señalar que en este estudio no se detectaron microorganismos (bacterias, virus, hongos) porque la metodología no fue diseñada para ello. No obstante, es uno de los objetivos a realizar cuando se cuente con el recurso financiero, pues permitirá correlacionar datos metabolómicos y microbiológicos para entender con mayor profundidad la interacción que tenemos con nuestro ambiente.